2- Team Iron

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Draken miraba con el mayor disimulo posible a todos lados. Sentía que las ansias se lo comerían vivo en cualquier momento. Suspiró y miró nel reloj que portaba en su muñeca, al parecer su "cita" no tenía como fuerte la puntualidad.

O tal vez lo dejó plantado.

Le molestaba la idea, no porque le emocionara pensar en su cita, sino que había hecho un espacio en su agenda para poder asistir, no quería que todo eso haya sido una pérdida de tiempo.

Aunque si lo pensaba bien, era la excusa perfecta para negarse a tener más citas con personas que él no conoce ni en pintura.

— Oye.

Una voz masculina consiguió sacarlo de sus pensamientos. Fijó su vista en quien al parecer era el dueño de la voz.

Era un chico. Tenía cabello algo largo, hasta los hombros y era rubio. Sus ojos eran oscuros y bastante profundos a su parecer. Vestía ropa que parecía duplicaba su tamaño, pero le quedaba bien. Era pequeño, bastante.

Lo miró con confusión después de haberlo analizado por algunos segundos.

— ¿Puedo ayudarte en algo? — preguntó un poco extrañado.

— ¿Tú eres Ryuguji Ken? — el rubio petizo soltó la pregunta mientras lo miraba con ojos entrecerrados.

— Sí, ¿Te conozco? — Draken se encontraba confundido, su cita no llegaba y ahora un desconocido se acercaba hablarle. Se sentía extraño. Tal vez Mitsuya tenía razón y sus habilidades sociales se habían entorpecido enormemente.

— No — el rubio desconocido sonrió juguetonamente — Soy Manjiro Sano, es un gusto — extendió su mano hacia el tatuado, esperando que este aceptara y apretara su mano.

— El gusto es mío... Bueno, creo que ya sabes quién soy — Draken aceptó y estrechó la mano de Manjiro.

— ¿Quieres que vayamos a comer algo?

— Lo siento, pero estoy esperando a alguien — se disculpó con pesar, pues ir con el chico parecía una buena idea para escapar de su cita.

— Oh, sí con mi hermana — Manjiro soltó una risita divertida mientras negaba con la cabeza — A Emma le surgieron unos asuntos a último minuto y no pudo venir. Creyó que sería descortés dejarte plantado, así que me mandó a que te invitara algo para recompensarlo.

Draken abrió y cerró la boca en repetidas ocasiones tratando de vocalizar una respuesta, pero nada salió de sus labios. Finalmente suspiró rendido.

— No se hubiese molestado, tal solo tenía que avisarme que no podría — por fin soltó después de pensarlo.

— No lo digas como si fuera una maldición salir conmigo, grandulón — Manjiro le dio la espalda empezando a caminar — Vámonos, yo pagaré todo, bueno no. Emma pagará todo.

El enano era bastante mandón, ni siquiera le dio oportunidad para negarse de nueva cuenta. De todas formas, caminó hasta colocarse a su lado para poder ir a donde fuera que el rubio tuviese planeado ir.

Llegaron a un restaurante de comida rápida, a Draken le pareció una buena opción para una salida casual, era un ambiente mucho más cómodo y en el que le costaría menos desenvolverse.

Tomaron asiento en un lugar apartado para dos personas e hicieron sus pedidos.

— Yo estoy bien con el especial del día — le dijo la mesera que sonrió inclinándose más cerca hacia él.

— ¿Está seguro señor? — preguntó la mesera observándole directamente a los ojos — Tenemos más cosas que podría pedir.

Draken negó con la cabeza.

𝐋𝐀 𝐍𝐎𝐕𝐈𝐀 ━━━━━ DrakeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora