Capítulo 2

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[POV: Susan]

Entramos todos a aquella pequeña cueva y avanzamos silenciosamente hasta que en un punto logramos observar una gran luz al final de la cueva que por dentro se parece mucho a un túnel del tren. Continuamos aproximándonos más hacia esa luz, en el momento en que logramos ver de donde proviene, mis hermanos y yo nos volteamos a ver entre nosotros.

Aquella luz provenía de la Luna, jamás habría imaginado que pudiera existir una tan brillante y hermosa como esta, aunque prestando un poco de atención logró visualizar que hay algo más en el cielo, como una gran nube negra que en segundos logra cubrir por completo a la Luna y dejarnos a oscuras.

Después de unos minutos Peter comienza a salir de aquella cueva y nosotros vamos detrás de él, caminando lentamente, me doy la vuelta y veo que salimos de la misma cueva de la que salimos la última vez que estuvimos en Narnia.

—No puede ser, hemos vuelto —musita Lucy, mientras cruzo mi mirada con Peter, con una gran sonrisa en nuestro rostro. La última vez que estuvimos Aslan había dicho que no podríamos volver y por alguna extraña razón lo hemos hecho.

—Cair Paravel —menciona Edmund—, está nuevamente construido.

Una sonrisa enorme se forma en mis labios al ver que aquel castillo que hace mucho tiempo perteneció a mis hermanos y a mi está nuevamente de pie y sobre todo me alegra observar que Caspian cumplió con su promesa de reconstruirlo una vez recuperara su trono.

—Sería mejor ponernos en marcha hacia a Cair, antes de que el cielo se torne aun más oscuro —sugiere Peter.

Mis hermanos y yo comenzamos a ponernos en marcha hacia Cair Paravel prácticamente corriendo, pues nuestra alegría de estar de vuelta es inmensa, aunque para nuestro primo no es del agrado la idea de estar aquí.

—¡Alto! —exclama Eustace, logrando que nos detengamos.

—¿Ahora que bobo? —bufa Edmund.

—Yo no pienso ir con ustedes —Eustace comienza a moverse de alguna manera extraña—. No sé dónde estoy y además no me siento bien.

—Estás exagerando.

—Eustace tiene razón —agrega Lucy a mis espaldas y cuando la observo tiene la misma expresión que Eustace en su rostro y además comienza a moverse de la misma manera, como si algo estuviera haciéndoles sentir dolor—. Yo tampoco me siento muy bien.

—Lu... —trato de avanzar hacia mi pequeña hermana, pero la vista comienza a tornarse borrosa mientras todo comienza a dar vueltas, además de que comienzo a sentir un fuerte dolor en la boca del estómago que va creciendo hasta que quedó inconsciente.

Cuando vuelvo a recuperar el conocimiento observo que nos encontramos entre los árboles del bosque y logro escuchar un gran estruendo, con algo de complicaciones logro darme la vuelta y observo como lentamente va cayendo una gran bruma negra como si se tratara de una cascada que proviene de aquella nube negra que antes vi. Logró escuchar el sonido del crujir de unas hojas y frente a mi aparece un fauno que me recuerda mucho al señor Tumnus.

—¡Shh! —coloca su dedo índice sobre la boca— No te muevas, ni hagas absolutamente ningún ruido o nos encontraran- me dice el fauno prácticamente susurrando.

Hago lo que él me indica por un par de minutos, sin apartar mi vista de aquella bruma negra.

—Ya puedes moverte, pero evitan hacer mucho ruido.

—¿Qué fue eso? ¿Y mis hermanos?

—Tranquila tus hermanos siguen dormidos. Mi grupo y yo veníamos de una exploración, cuando los encontramos inconscientes.

El Hereje NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora