C H A P T E R 3

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NARRA TARO:

Me encontraba dirigiéndome al patio del colegio; había visto a Budo entrar aquí desanimado y quería encontrar una manera de ayudarlo.

Al entrar al lugar este estaba sentado en el suelo y con el rostro cabizbajo. Me acerque a mi azabache amigo lentamente. Intente hablar con él, pero no sabía cómo empezar, aun así hice un esfuerzo ya que no quería verlo triste.

-¿Y bien?- me arrodillo a su lado esperando a que él quiera hablarme.

-Soy un tonto- Budo habla desanimado mientras su mirada sigue clavada en el césped.

-¿Qué pasó ayer?- me atrevo a preguntar. Trato de tener un tono de voz que detone serenidad para que Budo no se sienta presionado y sepa que puede contar conmigo.

-Quedé en ridículo- el azabache baja aun más su cabeza y suelta un suspiro frustrado -Le gusta alguien más, no sé si pueda volver a verla a la cara.

-Y... ¿Te dijo quién le gustaba?- la pregunta sale de mi boca casi en automático, no podía evitar sentir ese cosquilleo de curiosidad recorrer mi pecho.

-¿Eso importa?- Budo levanta la mirada y me vuelve a ver con el ceño levemente fruncido.

-Lo siento... - un malestar se instala en mí al percatarme de lo insensible de mi pregunta y me arrepiento casi al instante de haberla hecho.

El teléfono de Budo suena y este rápidamente lo toma entre sus manos.

-Genial, otra vez esa loca- Budo rueda los ojos en señal de fastidio mientras mira la pantalla de su teléfono.

-¿Quién?- pregunto desconcertado ante su reacción.

-La chica que me prohibió acercarme a Yan-chan.

-¿Cómo consiguió tu número?

-Me preocupo más por como haré esta tarde cuando tenga que ver esa linda cara bonita- el tono de Budo pasa de ser a uno enojado para volver a tener ese deje de tristeza en el -De seguro debe odiarme.

Detrás del juego | Taro YamadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora