C H A P T E R 9

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NARRADOR OMNISCIENTE:

El joven azabache se encontraba recostado en su cama sintiéndose abrumado, no había podido pegar el ojo en toda la noche debido al mismo tema que daba vueltas en sus pensamientos.

Taro decidió enfocar su vista en su teléfono móvil y un suspiro salía de sus labios mientras lo tamaba y se sentaba en la cama.

Al encender dicho aparato y entrar a la aplicación de mensaje pudo ver el contactó que también había rondado su mente durante la noche, "Info-Chan", se decía en la academia que dicha persona era capaz de conseguir cualquier cosa que se le encargase, nadie podía entender cómo había conseguido dicho poder e influencia, de hecho ni siquiera conocían su rostro, siendo casi como un fantasma, algunos no creían que dicho individuo existiese realmente, tomándolo como una simple leyenda urbana.

Lo que algunos si saben de ella es que si se quiere un favor de la famosa "Info-chan" debes darle algo a cambio, realmente no se sabe que y es que la chica amenazaba a sus compradores con revelar información, dicha persona podía hacerte un favor, pero eso implicaba que luego ella podía pedirte uno... Y se advierte que si ella quiere un favor de tí entonces no te niegues, después de todo una corredora de información y con tanto poder como ella podría hacer mucho daño.

Taro no sabía cómo sentirse, un chico le había hecho el favor de pasarle el contacto de la chica, haciendo énfasis en el hecho de que debería tener cuidado con ella, lo cual le había dado un mal sabor de boca, pero se sentía abrumado, necesitaba información y parecía que esta misteriosa persona era la única que podría brindarsela.

Otro suspiro cansado salió del azabache rindiéndose a la idea de enviarle un mensaje a la informante y a pasos desganados salió de su habitación.

Al llegar a la sala de estar los orbes oscuros del azabache buscaron a su pequeña hermana, extrañandose un poco al ver que la chica no se encontraba en el lugar.

-¡Mamá has visto a Hanako!- pregunto el chico a su madre al no ver rastros de la chica.

-¡Ya se ha ido!- respondió la señora Yamada desde el cuarto de lavado -¡Creo que te ha dejado una nota!

El azabache busco dicha nota hasta que vio un post-it pegado en la mesa.

El azabache busco dicha nota hasta que vio un post-it pegado en la mesa

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Detrás del juego | Taro YamadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora