Esta es la historia de un chico que se quiere convertir en un Capitán y eliminar todo mal de Kimura, luego de dos sucesos trágicos en su vida se va a el centro del pueblo para entrar a la escuela más prestigiososa de Kimura y cumplir su sueño.
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Desde afuera donde yo me encontraba la escuela se veía bastante grande. Aunque de todos modos solo iban a poder entrar treinta estudiantes. Recuerdo como Naofumi me explicó como se llevaba a cabo el proceso de selección para la escuela. Se presentaban una cantidad incierta de estudiantes de todos los clanes existentes, luego se iniciaría un proceso selectivo a través de una entrevista que te hacían y los que tengan el mejor perfil serían escogidos, así hasta que fueran sesenta. Esos sesenta tendrían una batalla de 1 vs 1 y quién ganase era el que iba a pasar con los otros así hasta llegar a una cifra de treinta alumnos. Los que perdían de estos treinta, seguirían en otra parte de la escuela, sólo que no podrían optar por ser un Weston de clase S o un Capitán.
Di unos pasos para caminar hasta la entrada, hasta que me tropiezo con alguien y caigo a el suelo.
—Oh, lo siento —dijo un chico con cabello rubio que combinaban con sus ojos, y traía como una especie de máscara de tela que le tapaba desde la nariz hasta la barbilla.
—No te preocupes —le digo levantándome del suelo.
—Tu vienes a inscribirte en la escuela? —me pregunta.
—Si, y tú también te vas a inscribir? —le pregunté. Comencé a mirar los alrededores y me di cuenta de que estaba llegando mucha gente, aún así tenía la esperanza de que me aceptaran.
—Yo si, también me voy a postular —me dijo mientras se rascaba la cabeza, —buen en fin, te deseo mucha suerte —culminó diciendo eso y comenzó a caminar.
—Suerte a ti también —le digo con la mano alzada mientras me pierdo entre la multitud de gente que se armó de un momento a otro.
Era increíble la cantidad de jóvenes de diecisiete años que habían en este lugar, al parecer todos se querían convertir en Westons, aunque al final solo unos pocos lo conseguirían, y yo quiero estar entre esos pocos.
Mientras esperaba tranquilamente en la fila me volví a encontrar con el chico de antes, que ahora pensándolo bien no sabía su nombre ni él sabía el mío.
—Ey que tal, otra vez nos encontramos —me dice mientras se sienta a mi lado, sosteniendo un libro.
—Si, que coincidencia —Le digo mientras me muevo hacia el lado contrario para que él se siente —por cierto, cómo te llamas? —Me atrevo a preguntarle.
—Hideki Ryu, del clan de la luz, mucho gusto —me responde mientras se termina de acomodar.
Me quedo sorprendido porque no recuerdo haberlo visto por la aldea.
