La luz del sol atravesaba las cortinas, iluminando cada vez más la habitación. Un cuerpo descansaba entre las sábanas de una cama matrimonial, hasta que una música, también conocida por alarma, empezó a retumbar la habitación. Poco a poco empezó a abrir los ojos mientras se acostumbraba a la luminosidad de esta, incorporándose lentamente para no marearse.
Ya una vez habiéndose ubicado correctamente, decidió darse una ducha antes de bajar a desayunar. Se metió en el baño, cogiendo su toalla para poder utilizarla más tarde. Se despojó de su pijama, dejándolo hacia un lado para poder guardarlo después. Se encamino hacia la ducha, para después encender el grifo y sentir la lluvia artificial bajar por todo su cuerpo, haciendo así que con el calor de esta se quitase todo tipo de ansiedad que sentía al ser su primer día de instituto en una ciudad nueva para él.
Una vez hubo terminado, enrolló la toalla alrededor de su cintura haciendo que las gotas que antes estaban en su cabello azul descendiesen lentamente por todo su torso y espalda. Se lavó los dientes rápidamente y volvió nuevamente a su habitación. Al entrar a esta, abrió su armario e intentó escoger la ropa adecuada para su primer día de clase en un nuevo instituto, ya que no quería quedar como un chico sin sentido de la moda. Escogió una camiseta básica negra y encima una sudadera azul celeste, combinado con un pantalón negro de deporte y se puso unas zapatillas convers negras.
Se miró en el espejo. Tenía el cabello azul, tintado hace unos cuantos meses, ojos oscuros, mejillas levemente abultadas y unos labios rechonchos y rosados. Él no se consideraba especialmente atractivo, pero para sus hermanos o sus padres era especialmente adorable al ser el menos de la casa. Tenía unos hombros poco anchos, pero la ventaja era que gracias a esto, poseía una estrecha cintura que cualquiera quería agarrar. Su piel era acanelada y muy tersa, producto de las mil y un cremas que se echaba en su piel.
Después de esto, se secó un poco el pelo con la misma toalla antes utilizada y agarró su mochila para poder empacar todo el material que pensó que utilizaría, como un estuche con bolígrafos, un par de libretas y una carpeta. Al haber terminado, salió de su pieza con la mochila en mano, dirigiéndose escaleras abajo hacia el comedor. Una vez abajo se encontró a su madre dejando platos en la mesa, suponiendo que era el desayuno para él y sus dos hermanos.
-¡Buenos días Sung!- exclamó con entusiasmo su madre. La señora Han era bajita, con pelo y ojos marrones y unas abultadas mejillas. Era la persona más dulce que tenía en su vida, y eso lo apreciaba mucho.- ¿Qué tal has dormido? Siéntate y espera a tus hermanos a que bajen.
-Buenos días mamá. Apenas he dormido de los nervios.- contestó mientras hacía presencia en el comedor, sentándose en la silla para esperar a sus hermanos.
-Vaya, por lo que veo alguien está de los nervios por su primer día de instituto- dijo Jungwon, haciendo acto de presencia en mitad del comedor de repente . Jungwon era el hermano mediano de tres hermanos.
Era relativamente alto, con pelo y ojos oscuros como la noche.
Era el hermano más extrovertido, haciendo que ese factor le haga popular en el instituto. Jungwon era tan solo un año mayor que Jisung, y este tenía el poder de sacar de quicio a su familia, aunque lo querían mucho.
Debido al susto, Jisung hizo que la mesa se tambalease, ya que este estaba recostado en la mesa.
-No asustes a Jisung y menos sabiendo que está muy nervioso, tonto- dijo Soobin, el hermano mayor de los tres, entrando por la puerta del comedor, dirigiéndose directamente a sentarse al lado de su hermano menor.
Soobin era un chico apuesto, alto, con el pelo rubio y ojos oscuros. Al contrario de Jungwon, este era más introvertido y maduro, haciendo así que sus calificaciones fuesen mejores. Su autoridad con respecto a sus hermanos siempre estaba presente.
Soobin le sacaba 2 años de diferencia a Jisung y 1 año de diferencia a Jungwon.
Jisung amaba mucho a sus hermanos, ya que eran muy diferentes. Con Jungwon podía estar todo el día riéndose y haciendo locuras, mientras que con Soobin, era diferente, ya que le contaba sus secretos en busca de consejos y lo ayudaba en todo lo que fuese sin oposición ninguna.-Disculpa "don perfecto"- dijo Jungwon con burla haciendo comillas con los dedos, para que después Soobin le diera un pequeño zape en la nuca, haciendo que los dos hermanos menores se riesen.
-Chicos basta de peleas, comed que se enfría.- regaño la señora Han con una cuchara de madera en la mano.
-La verdad que yo no tengo hambre y se me hace tarde- dijo mirando la hora en su móvil.- Lo siento, y no te preocupes que compraré algo en la cafetería.- Jisung, en comparación con sus hermanos, era tímido y callado, pero cuando una persona se cuela en su corazoncito, puedes llegar a ser una persona muy dulce. Esa es la apariencia de Jisung, un hielo, pero en verdad solo es una masita con mejillas de ardilla.
Acto seguido, se levantó de la mesa disculpándose y cogiendo su mochila, mirándose en el espejo antes de salir por la puerta para dirigirse a la parada de bus. Y mientras que lo espera, se pregunta a sí mismo si en algún momento de su vida va a vivir una vida normal de adolescente.
Autora:
Holaaaa
Es la primera vez que escribo una historia, así que díganme si hay errores o si creen que le falta algo a la historia. Voten para que esta historia puedan leerlas mas personas y para así tener diferentes opiniones. Muchísimas gracias por leerme. Nos vemosssss🫶🏻
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Want so bad~ minsung
FanfictionUn joven con problemas de socializar en un instituto nuevo,¿qué podría pasar?