Capitulo 3

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—Bueno, a ver todas, vamos a montarlo todo antes de que nos caiga encima uno de esos chaparrones de verano típicos de esta zona

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—Bueno, a ver todas, vamos a montarlo todo antes de que nos caiga encima uno de esos chaparrones de verano típicos de esta zona. El año pasado hice aquí la portada de Sports Illustrated y me cargué mi lente Nikon preferida. Si hoy pasa lo mismo, van a rodar cabezas —dijo Lalisa Manobal, la fotógrafa que había contratado Nike.

Su equipo de catorce mujeres se apresuró a montar la iluminación en la pista exterior, con la esperanza de conseguir toda la luz natural posible. En el gimnasio, Jeongyeon estaba levantando pesas, desnuda y tumbada en un banco encima de una toalla, para no tener marca alguna en el cuerpo que pudiera captar la cámara.

Los gritos y la música de al lado despertaron por fin a Jisoo, que seguía durmiendo en las dunas, con la impresión de tener la boca llena de arena. La mezcla de alcohol y sol había empeorado aún más su situación y se sentía como si le hubiera pasado por encima una manada de caballos durante la noche. Al entrar en la casa se cruzó con Nayeon, que salía vestida con su traje de baño. Nayeon se apartó de ella como si tuviera miedo y Jisoo alargó la mano para reconfortarla, haciendo que la rubia retrocediera unos pasos para huir de ella. La actitud de la mujer más menuda le indicó a Jisoo que en ese momento no había nada que decir, de modo que se fue en busca de la ducha y una aspirina. Tal vez después de una siesta se sentiría mejor y podrían tener la conversación que estaban evitando. Si Jisoo hubiera vuelto a casa por la noche, se habría encontrado la puerta del dormitorio cerrada con pestillo.

La música que sonaba en el equipo exterior obligó a Nayeon a dejar su libro y concentrarse en lo que ocurría en la casa de al lado. Aparte de un montón de gente con cámaras, había una colección inmensa de zapatillas de tenis alrededor de la pista. Cuando la fotógrafa estuvo colocada, llamó a un hombre que se llamaba Jin y le dijo que fuese a buscar a Jeongyeon. El chaparrón del que se había estado quejando la mujer estaba a cierta distancia sobre el mar y parecía que traía consigo un deslumbrante espectáculo de relámpagos.

Nayeon se quedó mirando cuando Jeongyeon salió de la casa a la terraza, ahora limpia, cubierta tan sólo con un albornoz. Habían quitado la valla que rodeaba la pista, y Nayeon llegó a la conclusión de que iban a fotografiar a Jeongyeon jugando. A la piloto le pareció raro que Jeongyeon cogiera una raqueta y se dedicara a golpear unas cuantas bolas de calentamiento con el albornoz puesto. Desde una barca en el agua, sin que se lo viera, Namjoon le lanzaba globos por encima de la red para que Lisa pudiera marcar las posiciones para distintos planos.

Cuando Jeongyeon estuvo bien cubierta de sudor, le indicaron que podían empezar y se quitó el albornoz. Nayeon dio gracias a Dios de estar sentada en la playa y no en el agua. Estaba segura de que al ver aquello se habría ahogado.

Jeongyeon estaba plantada en la pista con el pelo suelto y vestida tan sólo con zapatillas de tenis. Gracias a la sesión de maquillaje a la que se había sometido Jeongyeon esa mañana, parecía que no había la menor línea de bronceado en el cuerpo más perfecto que había visto Nayeon en su vida. La leche, fue lo único que se le ocurrió pensar al tiempo que volvía a oír los chasquidos del día anterior. Jeongyeon golpeaba una pelota tras otra mientras la mujer completaba cada vez más carretes de fotos. El telón de fondo de la tormenta inminente sólo acentuaba la figura de Jeongyeon, pensó Nayeon mientras veía cómo sobresalían sus músculos cuando golpeaba la pelota. Sin su permiso, los pies de Nayeon la llevaron cada vez más cerca de la pista mientras la sesión de publicidad iba tocando a su fin.

Juego, Set y Partido // 2yeon (ADAPTACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora