Capitulo 7

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—Señora, por favor, no puede atacar a una persona esposada

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—Señora, por favor, no puede atacar a una persona esposada. —Uno de los agentes de seguridad miraba a Jeongyeon para ver si estaba dispuesta a ayudarlo a separar a Nayeon de la mujer a quien la policía intentaba llevarse detenida. En cuanto le quitaron el pasamontañas, todo el mundo se quedó de piedra cuando Nayeon se lanzó contra Jisoo con la intención de machacarla y de hecho consiguió darle unos cuantos puñetazos antes de que los de seguridad lograran sujetarla.

—¿Y por qué no? Acaba de intentar matar a Jeongyeon. Yo creo que eso me da derecho a pegarle un puñetazo. —Tenía el puño preparado por si el agente de seguridad estaba de acuerdo con ella.

—Vamos, matoncilla, no te vayan a llevar a ti también al calabozo —dijo Jeongyeon. Fue Jisoo la que trató de abalanzarse sobre ellas cuando Jeongyeon se acercó más y pegó a Nayeon a su cuerpo abrazándola. El hombre alto que la había estado sujetando tiró a Jisoo al suelo y se sentó encima de ella hasta que la policía que acababa de llegar se la pudiera llevar detenida.

—¿Conoce a esta mujer, señorita Yoo? —El hombre que se lo preguntó mostró su placa mientras otros dos agentes se llevaban a Jisoo a un coche patrulla que esperaba.

Jeongyeon explicó de qué conocía a Jisoo y por qué creía que la mujer la había atacado. Lo único que no sabía era si había sido Jisoo quien la había atacado aquella noche fuera del restaurante. Cuando Namjoon, las hermanas de Jeongyeon y Sana llegaron para recogerlas, la policía ya se había llevado a Jisoo.

—¿Estás segura de que no te ha herido? —Nayeon tenía ganas de volver a echarse a llorar, ahora que el motivo de su ira estaba sentado en la parte trasera de un coche de policía. Se había querido morir al ver el cuchillo que se hundía en el costado de Jeongyeon con toda la fuerza de la que era capaz Jisoo.

—Estoy bien, cariño, te lo juro. Ni me ha rozado, pero ojalá los de seguridad no hubieran llegado tan deprisa.

Las pequeñas manos no se detuvieron hasta que Nayeon se convenció de que el cuchillo sólo había rajado la bolsa y no a Jeongyeon.

—¿Por qué?

—Porque... —empezó a decir Jeongyeon al tiempo que se agachaba y abría la bolsa, sacando dos de las raquetas—. La muy zorra me ha cortado las cuerdas, y el tipo que me tensa las raquetas está en Florida. —Las dos raquetas que mostró Jeongyeon tenían un agujero hacia el centro.

—Seguro que podemos encontrar en la ciudad a alguien que te las pueda encordar como a ti te gusta, cielo. —A Nayeon le entraron ganas de echarse a reír por la cara que le puso Jeongyeon, pero pensó que a Jeongyeon no le haría gracia. Volvió a tener una sensación de hilaridad desbordante, teniendo en cuenta lo que le podría haber ocurrido a Jeongyeon, cuando Namjoon vio lo que sujetaba su estrella y se le llenaron los ojos de lágrimas.

—¿Todas? —preguntó el compañero del entrenador. Jeongyeon asintió con la cabeza contestando la pregunta de Jin, y al instante éste se puso a marcar un número en su móvil.

Juego, Set y Partido // 2yeon (ADAPTACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora