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—¿Qué están hacien

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—¿Qué están hacien...?

Max y yo soltamos un grito mientras yo dejaba caer el cuaderno entre mis manos al suelo. Volteé, encontrándome a Aiden frente a nosotros, reprimiendo una carcajada.

—¿Y a ustedes qué les pasa? —preguntó con una sonrisa.

—¡Fue idea de Kyle! —exclamó Max, nervioso.

—Gracias, "amigo".

Me incliné para tomar el cuaderno de Erin, asegurándome de que no se hubiera dañado. Parecía bien. ¿En qué estaba pensando con leerlo? Era ridículo. Una pésima idea.

Me despedí de mis amigos y me dirigí a mi casillero para guardarlo, así no tendría la tentación de ojearlo mientras estuviera en casa, y mañana se lo daría lo más pronto posible. Cuando terminé con eso, miré la hora en mi teléfono. Era momento de cumplir mi castigo.

Aflojé el nudo de mi corbata, subí las mangas de mi camisa y, finalmente, me incliné para remojar la esponja en el cubo con agua y jabón

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Aflojé el nudo de mi corbata, subí las mangas de mi camisa y, finalmente, me incliné para remojar la esponja en el cubo con agua y jabón.

—Tienes que hacerlo con fuerza si quieres que salga la pintura —me aconsejó Paul, el conserje y también el encargado de supervisarme.

Estábamos en el pasillo del ala oeste donde se encontraban todas las fotografías de los profesores, enmarcadas y colgadas en las paredes. La foto de O'Sullivan aún estaba con su respectivo bigote hecho con pintura en aerosol, y ahora estaba obligado a limpiarlo.

Antes de llegar, lo primero que hice fue pasar por la tienda y comprar unas gomitas de dulce para hacer buenas con Paul y que, tal vez, decidiera ayudarme. Sin embargo, lo único que conseguí fue que el hombre se sentara en un banquillo a comer mientras me observaba trabajar. No fue un buen plan.

—Tengo que ir al baño —afirmó, tan solo un minuto después, poniéndose de pie—. Sigue trabajando, Kyle. Quiero ver mi rostro reflejado en ese vidrio cuando regrese.

—¿Seguro que quieres eso, Paul? —bromeé y lo vi reír antes de perderlo de vista por los pasillos.

Francamente, me aliviaba ser el responsable de limpiar el retrato y que no fuera él. No es la primera vez que las bromas de último año cruzan la línea y le dan trabajo extra. Seguro nos odiaba.

Un Detalle InfinitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora