|3|

1 0 0
                                    

Al día siguiente de mi castigo, mis compañeros dejaron de lado el asunto de mi broma, lo que fue un verdadero alivio

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Al día siguiente de mi castigo, mis compañeros dejaron de lado el asunto de mi broma, lo que fue un verdadero alivio. Tuvimos una asamblea con unos orientadores universitarios que permitieron desviar la atención de mí.

Sin embargo, durante la charla en el auditorio, no pude evitar notar que quedaban cuatro meses para graduarnos.

Y yo no tenía la menor idea de que haría el año entrante.

Los demás parecían saberlo, lo que me resultó más frustrante. ¿Cómo podía saber a qué quería dedicarme el resto de mi vida a los diecisiete años? ¿Cómo podía tomar esa decisión sin terminar de conocerme a mí mismo o al mundo que me rodea?

Por más que intentaba, no era capaz de imaginarme en el futuro. No podía. Y era algo que comenzaba a preocuparme.

Negué con la cabeza cuando la charla terminó y los estudiantes comenzaron a aplaudir a los orientadores. Aiden y yo nos pusimos de pie, siguiendo al resto para salir del auditorio e ir a la cafetería para el almuerzo.

—¿Qué hay, Kyle? —Caitlin pasó junto a mí, dedicándome una sonrisa, pero sin quedarse a oír la respuesta.

La saludé con la mano, justo en el momento en que su mejor amiga, Mindy, la tomaba de la mano para avanzar.

—¿Crees que es muy pronto para invitar a Caitlin a salir? —pregunté, sin tener una respuesta—. ¿Aiden? ¡Aiden!

Miré a mi lado. Aiden caminaba junto a mí, pero sin prestarme atención. Estaba mirando la pantalla de su teléfono, mientras respondía un cuestionario de «Buzzfeed», titulado «¿Por qué estás soltero según tu integrante favorito de One Direction?», la banda preferida de mi mejor amigo.

—Según este cuestionario —me dijo, seriamente—, si te gusta Louis eres una gran red flag. Vamos, ¡qué tontería! A todos nos gustan los chicos malos como él en esos años.

Medité sus palabras, poniendo las manos en los bolsillos de mi pantalón. Miré a Caitlin caminar con sus amigas frente a nosotros.

—¿Crees que a Caitlin le gusten los chicos malos?

—Si consideramos al chico que fue su exnovio, yo diría que no. A ella le gustan los idiotas. Es distinto.

—¿Yo soy un chico malo?

—Por supuesto que sí, mi florecita —afirmó, poniendo los ojos en blanco y volviendo a enfocarse en su Smartphone—. Esto me dice que estoy soltero porque fantaseo mucho con las personas.

—¿Por qué estás haciendo ese cuestionario? —pregunté, negando con la cabeza para olvidarme de ella—. No estás soltero, Aiden. ¿Problemas en el paraíso?

—No, pero siempre que veo algo de mi banda favorita voy a darle clic sin importar qué. La semana pasada hice un quizz sobre qué tipo de pasta soy según mi canción favorita de «Take Me Home». Al parecer soy un macarrón.

Un Detalle InfinitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora