Despertar

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Sorpresivamente, los días pasaron junto a su nuevo compañero sin hacer mención de aquél príncipe, o rey, como creía Thorfinn que ahora se posicionaba.
Einar dejó de preguntar sobre su historia y Thorfinn simplemente no hablaría de su pasado, pasado que obviamente deseaba olvidar.

1 dia... 2 semanas... 3 meses; sin saber que pensar, o a dónde ir. Entre miradas perdidas y suspiros, Thorfinn no sabía que había sido observado, hasta que una tarde, de regreso al establo, Einar simplemente soltó algo que había estado guardado por días.

- Deberías escapar.

Sólo esas palabras bastaron para provocar que la fuerza del rubio desapareciera dejando caer el hacha que cargaba sobre su hombro.

- ¿Qué? -Sus ojos miel le miraron con desconcierto y un poco más abiertos de lo normal.

- Deberías escapar. -Repitió sin voltear a ver el desastre mental que había provocado en el más bajo- No perteneces aquí, tu corazón está muy lejos y no soy tonto, he visto tus movimientos, tu fuerza, no me queda duda que estas aquí porque crees que no hay esperanza afuera.

Dicho ésto, el cobrizo simplemente aceleró el paso dejando a un Thorfinn completamente pensativo; esa noche, el rubio no logró dormir.

La mirada de Thorfinn se fijaba en el tejado del establo, logró contar unas cuantas vigas y ante la oscuridad, logró tener un ligero sueño. Ojos azules le observaban, unos dulces, grandes y llenos de fulgor. Los suspiros no se hicieron esperar al sentir el toque de sus manos, cálidas, llenas de amor y ternura; cuando de pronto, aquella mirada se transformó en rabia, miedo, y en las manos de Thorfinn, se encontraron un par de dagas que cortaban la carne adversa, el carmín brotó.

- Thorfinn... llegast... Lle...

Una fuerte palmada golpeó su mejilla, al despertar, Thorfinn tomaba de los hombros a cierto cobrizo, parpadeó y soltó para poder respirar.

- Volviste... -Susurró mirándolo con un rostro preocupado.

- ¿Qué... Qué cosas dije? -Respondió ante la expresión del más alto.

- S-sólo... Pediste disculpas... Mil veces, parecias sufrir. -El rostro de Einar se encontraba confuso, incluso logró notar preocupación.

De inmediato Thorfinn entendió todo y su expresión de dolor, lo reflejó. Lo sabía, en aquél sueño apareció aquella cicatriz que le había causado al principe, los reclamos, Askeladd, todo; fué un golpe de realidad, agachó su cabeza recargando su frente sobre la palma de su mano y sus dedos se enredaron en su cabello mientras escuchaba dentro sus oídos su estruendoso palpitar.

- N-no importa cuánto desee verlo, la esperanza de encontrarlo es casi... Nula.

Aquellas palabras bastaron para que las ideas de algún escape se apagaran, al pensarlo mejor, el joven rubio tenía razón y Einar lo entendió.

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Los gritos se escuchaban al fondo de sus sueños, arrugó su nariz y cavó entre la paja para esconderse, sumergiendo completamente su rostro.

- ¡Thorfinn, hey, Thorfinn! -Llamaba el cobrizo gritando con fuerza cada vez más, ganó un gruñido por parte de un adormilado Thorfinn, así que calló para sentarse a su lado.

La mirada aplastante del joven entre la paja le observó, malhumorado se sentó sin quitar aquella forma de decir "Voy a matarte"

- Quita esa cara, tengo buenas nuevas. -Los ojitos azules de Einar esbozaron una intensa felicidad, si tenías un poquito de imaginación, incluso podías notar como meneaba su cola cuál cachorro.

- ¿Qué me importa? Aún no nace el sol. -Respondió Thorfinn y volvió a caer a la paja.

- Oye, vamos, escuché que el amo saldrá. Al parecer verá al Rey de Dinamarca y... -Fingió pensar mientras colocaba su dedo índice sobre su propia mejilla- ¿De dónde dijiste que era tu príncipe?

Thorfinn casi se desvaneció, jamás se vió tan pálido como aquella noche, afortunadamente, la luz de luna cubrió su deplorable estado.

- ¿Mencionó a...?

- No lo sé. -Interrumpió Einar- Pero vamos, sólo hay un rey de Dinamarca, ¿No?

- No... Quizás sea otra persona. -Respondió y se volvió a esconder para "seguir durmiendo".

La cara de poker de Einar no se hizo esperar.

- ¡¿Qué demonios?! Thorfinn, ¡Es la mejor noticia de tu jodida existencia! ¿Qué es esa actitud?

Einar no paró de quejarse la próxima media hora hasta que el sol comenzó a aparecer.

- ¿Puedes callarte? -Finalmente habló entre los lloriqueos del más alto- No me interesa. -Siguió ocultando su rostro, justamente en ese momento sus pensamientos eran un lío, pues no se sentía merecedor de tal placer.

Era cierto que deseaba verlo con todas sus fuerzas, pero ¿La cicatriz, sus sueños? La última vez que vió al principe, portaba en su rostro una enorme cicatriz, hecha por él, se recordaba a él mismo gritando que deseaba matarlo. El príncipe herido, de cuerpo y corazón, fué el mismo que ordenó esclavizarlo. ¿Cómo había olvidado tal acontecimiento? Aquella vida estaba perdida.

- Temo que el principe no me vea de la misma manera. -Susurró empuñando sus manos.

Einar lo miró sorprendido, ¿Ese era el mismo Thorfinn orgulloso que conocía? arrugó su nariz y golpeó el suelo- ¡¿Y piensas quedarte con la duda como todo un cobarde?! -El Silencio cayó de nuevo.

- Tch, como quieras, bebé grandote... El barco zarpara mañana por la mañana, hoy lo cargarán... Si te veo aquí, olvídate que vuelva a respetarte.

Dicho ésto, el cobrizo volvió a hacer sus deberes completamente frustrado, sin darse cuenta, Thorfinn se volvió alguien importante en su vida, cuando menos lo pensó, ya lo consideraba un hermano y verlo en ese estado le dolía internamente.

Ese día, Thorfinn desapareció sin dejar rastro.

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