"Extraño"

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Seis días.

Había estado durmiendo por seis días seguidos, sin siquiera moverse un milímetro. Seguía vivo, sabía eso con certeza considerando que se pasó gran parte de esos seis días pegado a la cama con su mano sosteniendo la muñeca contraria como un recordatorio constante de que estaba con vida.

Empezaba a lamentarse por no haberle mencionado el asunto a nadie. Tal vez Vegetta, quien era amigo cercano del castaño,  podría haberlo ayudado con una poción o Bad, que tenía un poco de conocimiento médico. Pero se rehusó a ir a aquellos que le dieron la espalda en un principio.

(No fue realmente así pero luego de la muerte de su hijo, se cerró a todos alrededor y empezó a percibir a los demás como que lo dejaban de lado. Su punto de quiebre fue la llegada de los brasileños, a quienes la Federación les dio un huevo nuevo pero se negaron a regresarle a su hijo.)

Un leve movimiento de la mano del castaño lo alejó de su tren de pensamiento, fue apenas notorio. Alarmado, soltó la muñeca que sostenía como si quemara.

Dirigió su vista al rostro del mayor que movía la cabeza suavemente para luego abrir de a poco sus ojos.

Estaba inmovil por lo que sucedía. Había esperado que despertara desde hace días pero lo que lo descolocó fue ver un cian luminoso en lugar del conocido carmín en los ojos del español.

Observó cómo el chico se sentaba y veía fijamente al frente, siendo cada movimiento lento, suave y casi robótico. Bajó su vista a la sábana que lo cubría y luego a su derecha, observando con detenimiento la pared y luego el techo como si fuera lo más extraño e interesante del mundo.

El castaño tenía un leve ceño fruncido y se encontraba completamente desorientado, no recordaba haber caído en un lugar tan cómodo, y las paredes no eran nada conocidas

Quackity no sabía quién estaba más confundido, si Luzu o el mismo por la extraña actitud del contrario.

–¿Luzu? –llamó suave, temía espantar al otro y así mismo, no entendía nada. Empezaba a creer que tal vez el chico se había dado un golpe en la cabeza y ahora tenía una contusión.

Puta madre, debió ir con Vegetta.

El castaño volteó mecánicamente a él notando finalmente su presencia. Chocar con esos ojos azules, inquietaba al azabache, eran bonitos pero también... no eran lo que esperaba.

El chico dio dos lentos parpadeos antes de que su ceño se profundizará un poco más. Luego de unos segundos en lo que parecía procesar todo, movió sus manos para comunicarse.

"No soy Luzu" formuló.

Las cejas de Quackity se dispararon en incredulidad.

¿Qué carajo significaba eso?

Luzu estaba más loco que una cabra, sus ojos eran diferentes, empezaba a hablar en señas y ahora decía que no era el mismo...

¿Debería... llamar a un médico? ¿O un psiquiatra? ¿Que los internen en el manicomio a ambos de una vez?

El pobre pato estaba más que perdido.

–Que mamadas dices, Luzu –soltó agotado –creo te diste duro en la pinche maceta y se te reinicio todo el sistema operativo –intentó bromear para aligerar la tensión. Tensión que solo él sentía porque el otro parecía tan tranquilo que era irritante.

"Luzu no está aquí. Me llamo Arin, ya nos habíamos conocido"

Y eso le cayó como un balde de agua helada.

(Re)Learning to be human Donde viven las historias. Descúbrelo ahora