"Encuentro"

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¿Alguien podría explicarle en qué momento se le ocurrió la brillante idea de alejarse trece mil pinches bloques de su casa?

Porque en el momento pareció una genialidad,  pero justo ahora se encontraba maldiciendo a su yo del pasado por ser un pinche pendejo con ideas de mierda.

–Puras mamadas contigo pinche Quakiris –se murmuró en reproche.

Le dolían los pies, estaba harto y tenía que lidiar con ocultarse de cualquier mob porque no tenía fuerzas para defenderse. Inicialmente quería alejarse de todo y todos, empezó a caminar y caminar intentando despejarse del desmadre que era su vida. Cuando cayó en cuenta de la molestia en sus piernas y pies, ya estaba demasiado lejos y había oscurecido.

Quería llegar a algún lugar seguro, aunque sea a la base de Pac y Mike, tal vez ahí podría descansar pero dejó la motivación tirada hace unos veinte bloques. Ahora intentaba encontrar alguna fuente de agua porque se moría de sed.

–Puta madre, todo sería más fácil si tan solo...

Si tan solo tuviera sus alas.

Se cortó a sí mismo, estaba demasiado agotado como para lamentarse y deprimirse por una parte de él que ya no tenía.

Más bien, que le habían arrebatado.

En cambio, agudizó el oído y al escuchar algo similar a una corriente, empezó a arrastrarse entre árboles y arbustos. Pasados unos cuantos lo vio, un pequeño arroyo con un muelle en no muy buenas condiciones o,  a palabras del mexicano ''todo culero'', detalle que "le valía verga en ese momento".

Mientras más se acercaba empezó a percibir una figura en el piso. Podría ser algún animal muerto y pudo haberlo ignorado, pero en su curiosidad -y quizá un poco de morbo- se acercó, quedándose inmóvil al notar que era una persona. Luego en confusión y casi en shock al reconocer a dicha persona en el suelo.

–¡¿Luzu?! –gritó cuando finalmente logró reaccionar.

¿Qué demonios hacía el chico durmiendo plácidamente en medio de la nada como si no hubieran mobs por doquier?

Al ver que el tipo no reaccionaba, se acercó aún más, arrodillándose a su lado. La boca se le secó. Con temor a flor de piel y duda, puso su mano lentamente en el pecho del contrario. Y por un momento le asustó el pensamiento de haber llegado tarde.

Un muy leve movimiento lo calmó, todavía respiraba, apenas, pero lo hacía. Sin estar completamente seguro aún y con manos temblorosas rodeó la muñeca ajena con sus dedos tratando de hallar el pulso. Un suspiro de alivio dejó sus labios al encontrarlo, lento y pausado, pero presente.


Okey, un Luzu moribundo estaba en medio de la nada a miles de bloques de casa...

Vaya día de mierda, eh.

Tenía que hacer algo, no podía dejarlo ahí y fingir que nada había pasado.

Bueno... podría, pero algo en su interior no lo dejaba ser egoísta en esta ocasión.

Un ruido cercano le erizó los vellos de los brazos al reconocerlo como el de zombies. Al voltear y notar como parecía que a todos los mobs del sector se les dio por pasear cerca del arroyo en ese instante, entró en pánico. Recuperó fuerzas, si, pero ahora debía proteger el cuerpo inerte de su amigo. Además que solo contaba con una espada que necesitaba reparación y muy poca comida en su inventario. Con desesperación trato de pensar que hacer, podría poner unos bloques para protegerlos pero llevaría mucho tiemp-

(Re)Learning to be human Donde viven las historias. Descúbrelo ahora