question...? tonyangz (sheon×tsuki)

socializando

—Mucha suerte, leona. Cualquier cosa nos escribes.

—Pero no salgas corriendo enseguida. Charla con Tsuki, es agradable. Y bonita.

Sheon sintió los brazos de Sua y Siyoon rodear su cuerpo con fuerza y calidez.

Según habían acordado durante el día, Sheon iría a almorzar con Tsuki en la cafetería y Sua con Siyoon aprovecharían la invitación de Haruna para jugar UNO. Aunque la mayor de las tres sólo acompañaría a Siyoon, pero probablamente se quedaría con su amiga.

—¿Por qué no van conmigo? murmuró.

—Iremos a jugar UNO —contestó Siyoon, acomodando su chaqueta.

—Yo quiero jugar UNO —mintió Sheon. Realmente no le gustaban mucho los juegos de mesa, era mucha competitividad y ella era mala en eso.

—No, no —Sua negó. —Es tu momento de brillar, Sheon.

—Pero...

—Estás haciendo esperar a Tsuki —interrumpió Siyoon. —Nosotras tenemos que ir a la biblioteca. Rápido, unnie.

Siyoon tomo por la muñeca a Sua, haciendo que ésta se impresionara por lo repentino que fue el gesto.

—¡Suerte! —gritó Siyoon.

—¡Mándanos un mensaje cualquier cosa! —y le siguió Sua.

Ahora ellas dos estaban cada vez más lejos en el pasillo, mientras Sheon afirmaba su bolso del almuerzo contra su abdomen y sentía todo su cuerpo sudar.

No solo iba a pasar el almuerzo con alguien con quien no conocía ni tan bien, sino que también iría sola a la cafetería donde estaba casi toda la escuela disfrutando sus comidas, charlando, comprando, existiendo básicamente. Sheon no solía estar en lugares con tanta gente sin alguien que conociera. En ese momento, Siyoon y Sua no estaban ahí. Estaba sola.

Se sintió increíblemente nerviosa al pararse enfrente de la entrada y ver cómo toda la gente estaba ahí. Y ella aún con su bolso entre sus brazos esperando encontrar a Tsuki con la mirada.

No se atrevía a entrar sin antes hallar a su compañera de refuerzo, eso estaba claro, pero no veía rastro de ella.

¿Eso no sería una broma? Le preocupaba que sí lo fuera.

Muchos pasaron de ella y la ignoraron, como siempre. Otros accidentalmente la empujaron y se disculparon. Y otros simplemente la pasaron a llevar y no se lamentaron ante ello. Tal vez iban muy ocupados.

Sheon tomó aire y negó con su cabeza. No iba a hacer eso en ese momento. Se sentía muy sola, con demasiada presión.

Iba a darse media vuelta cuando una mano sostuvo su brazo delicadamente.

—¿Ya te vas? —preguntó.

Esa voz alegre y dulce, con un acento peculiar que le daba originalidad a sus palabras, tranquilizó el corazón de Sheon.

—Pensé que vendrías con tus amigas —le sonrió. Esperó respuesta, pero Sheon guardó silencio. —¿Todo bien?

Sheon asintió frenéticamente. —¿No te gusta hablar, verdad?

—No —contestó rápido.

Tsuki le sonrió con dulzura. Para ella parecía ser un milagro que Sheon le respondiera verbalmente.

—O sea, sí hablo. Es solo que no me gusta mucho comer aquí —nerviosa rascó su nuca. —Es mucha gente.

—Oh, entiendo ―asintió. —¿Quieres ir a otro lado?