Capítulo 5: Dulce ingrediente

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Le pidió que guarde su cordura y que no gritara más, pues Ana Victoria se estaba acercando exitosamente por su compañía de farmacéuticos. Pasaron unos oscuros minutos para que Rodrigo pudiera darse cuenta de que la mujer había llegado en su automóvil.

Ella, igualmente manejaba ese coche, era de un color rojo opaco. Por las ventanillas, supo que cerró la puerta del conductor, pasando a caminar por los jardines que se encontraban enfrente de Genomma Lab. Entró precipitada entre las puertas de cristal automáticas, y con esto, el de pelo negro daría una muy sofisticada sonrisa de malicia. 

Marcus, por encima de sus desechos con sangre, del cómo había terminado por la tortura que le hizo pasar Herrera, y de que no pudiera contener las ganas de llorar otra vez, el de traje marrón, siguiendo con su plan, encerró el laboratorio.

Se retiró de este, lo aseguró con un juego de llaves que traía consigo el empresario, y de ese modo, Dantus no podría escapar por más que lo intentara. Rodrigo con su víctima ensangrentada, rastrearía así a García.

La rubia, de igual forma que con el experto en Startups, le pareció algo realmente increíble que el personal, las recepcionistas, el equipo de Genomma y todos los guardias de seguridad no estuvieran en sus puestos de trabajo. 

Esto, fue algo que pasaría de largo Ana Victoria, y con su bolso negro, subió a la segunda planta del edificio, que, era más oscura que la anterior. Se notaría la sombra de Rodrigo a lo lejos.

Eso fue lo que alivió a Victoria sabiendo que el fundador de Genomma si estaba presente. Se acercó siendo más rápida que cuando había recorrido la entrada. Seguía al tiburón con más precisión.

El de 54 años, tomando en cuenta que ahora trabajaría con una mujer, y que necesitaba ser un poco más delicado con ellas que con sus otros compañeros, fue así cómo llegó con ella.

Fingió que había trabajado muy duro adentro de su laboratorio oculto, al acomodar su pelo, y la empresaria, sujetando ese bolso de su brazo derecho, se percató de una cosa.

Victoria quedaría impresionada con esa nueva apariencia que llevaría en su porte el de traje marrón. De lo que se percató, evidentemente, eran sus manchones de sangre a su alrededor.

Incluso esclareció todas sus sospechas desde que, Rodrigo le sonría de una forma macabra para recibirla, sin dejar ese atuendo lleno de sangre, al igual que sus manos, su cara y sus pantalones.

— Es un gusto volver cómo lo había prometido Rodrigo.— le habló más nerviosa que antes Ana Victoria. 

— Así es. Cumpliste con lo que me prometiste. Eres bienvenida a mi empresa Genomma Lab. Te advierto que, tu visita será muy diferente a las demás.— la recibió con esas palabras Rodrigo.

— ¿Diferente? ¿Qué quieres decir con eso, amigo?— cuestionaría sin dudarlo la rubia.

No pudo soportar oler ese familiar aroma que tenía el líquido carmesí en el saco del emprendedor. La inversionista se quedaba sin aliento por más que quería respirar aire fresco.

Ana Victoria se contenía esa respiración con ese olor tan asqueroso de la sangre, y de la muy probable calamidad que necesitó haber hecho el farmacéutico para que termine con esa cara.

Lo que era más insoportable, eran esas insípidas risas pequeñas que le estaba compartiendo Herrera a la chica tiburón y de vestido entallado. Tuvo que hablar para aclararlo todo.

No solamente las risas incomodaron a García, también era de esa vestimenta sangrienta. 

— Oye Rodrigo, ¿Qué pasó con tu cara? ¿Y que es eso de tu saco? ¿Acaso es sangre?— empezó con su interrogatorio la mujer.

La reunión de Rodrigo Herrera | Shark Tank MéxicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora