El duendecillo de la hoja oculta

16: Miedo y orgullo

Miedo y orgullo

"¡Cuidadoso!"

"No te preocupes, Asuma, está bien. Ya me siento mucho mejor".

Esa era una mentira si Kurenai alguna vez dijo una. Después de días de permanecer inmóvil en su cama de hospital, finalmente sintió lo suficiente en sus extremidades para moverse de nuevo. ¿La captura? Con la sensación también vino una cantidad insoportable de dolor. Volviendo a estar de pie por primera vez desde su regreso a la aldea, lentamente cojeó hacia adelante con sus muletas, cada articulación de su cuerpo le dolía mientras se movía, pero apretó los dientes y lo superó. Necesitaba moverse o sería malo para sus músculos, pero aún estaba débil por la muerte falsa, y la cicatriz en su abdomen tampoco se cansaba de recordarle que todavía estaba allí.

Junto a ella, Asuma la siguió con los brazos ligeramente levantados, listo para atraparla en caso de que se cayera. Tenía la sensación de que, en el fondo, él vio a través de su actuación.

"Simplemente no te excedas, ¿de acuerdo? Solo comienza despacio y esta noche iremos a cenar, solo nosotros dos. ¿Qué te parece?"

Kurenai sonrió. Sonaba bien.

Apenas habían salido del hospital cuando sus sentidos sonaron alarmados, pero su cuerpo reaccionó lentamente cuando algo blanco y esponjoso chocó contra su rostro. Con la ayuda de sus muletas logró mantenerse de pie y poco después se le subió al hombro. Con un aullido feliz, comenzó a lamerle la mejilla.

"¿Akamaru?" finalmente se dio cuenta.

"No pude detenerlo, Kurenai-sensei, estaba demasiado emocionado de volver a verte por fin", se disculpó Kiba mientras quitaba a su perro de ella.

"Lamentamos no haberte visitado nunca. Pero e-cada vez que estuvimos libres tú ya estabas dormido", explicó Hinata. ¿Había mejorado su tartamudeo? Ya no estaba de pie encorvada y también era la primera vez que Kurenai la veía sin esa chaqueta holgada que usualmente usaba.

"Sí, no tuvimos mucho tiempo libre en nuestras manos en los últimos días. ¿Por qué, preguntas? Porque"-

"Está bien, Shino, no te preocupes", le aseguró. "Honestamente, me alegro de que estés bien. Especialmente tú, Hinata, ¿está todo bien?"

"Sí, Shino ya había logrado deshacerse de la mayor parte del veneno. Solo necesitaba descansar un poco".

"Es bueno escuchar eso. Bueno, entonces, como puedes ver, todavía no he llegado al punto en el que pueda llevarte en misiones, pero eso no significa que no pueda hacer nada contigo".

Si ese desastre de misión le había enseñado algo, era que había estado demasiado contenta con las habilidades de los niños y había descuidado convertirlos en una unidad funcional.

"Haré todo lo posible para recuperarme lo más rápido que pueda, y haré lo que pueda hasta entonces. Entonces, ¿qué tal si me pones al día sobre lo que estuviste haciendo los últimos días?"

"¡Sí!" dijeron los tres al unísono, aunque Hinata y Shino obviamente lo hicieron más comedidos que Kiba. Aún así, para su sorpresa, parecía que su química había mejorado notablemente.

"¡Finalmente estamos de vuelta!" Sakura proclamó que después de la carrera sostenida por la que Tanya los había hecho, las Puertas de la aldea de la Hoja Oculta aparecieron a la vista. Normalmente, Naruto habría gritado lo mismo aún más fuerte, pero hoy estaba callado. El recuerdo de lo que había sucedido en la Tierra de los Osos dos días antes todavía estaba presente en su mente. Pero también reforzó su determinación de cumplir la promesa que había hecho en ese momento.