XV

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El platinado se le hacía conocido de algún lado, pero no recordaba de dónde

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El platinado se le hacía conocido de algún lado, pero no recordaba de dónde. Era como si él fuera una parte importante de su pasado que lo hacía sentir nervioso, pero a la vez un enojo que no podía explicar muy bien a qué se debía.

—¿Me harás la pregunta? ¿o me seguirás viendo como si fuera un fenómeno?

Tal vez el castaño había sido muy descarado al quedarse viéndolo tanto tiempo.

—¿Quién eres? —preguntó después de estar en silencio.

—Soy Aemond Targaryen.

«Otro nombre raro», pensó.

No entendía porque la gente se empeñaba en ponerle nombres así a las personas.

Sin embargo, su nombre le sorprendió ya que empezó a recordarlo por las historias que solía contarle o leerle Anna cuando iban a su lugar especial. Adoraba escucharla hablar, podían pasar horas y él seguiría allí escuchándola.

Jamás se aburriría y menos si era ella.

—Tú eres uno de los príncipes que hablan en los libros que lee Anna.

El platinado asintió.

—Lu...Daario —corrigió rápidamente—. ¿Realmente no recuerdas tu pasado?

—Solo pequeños flashbacks que no son muchos —admitió.

—Bueno, ya lo descubrirás.

Aquel momento fue el que el príncipe Velaryon decidió utilizar para preguntarle la razón de que lo confundieran con el tal Lucerys. Desde aquella noche en la ciudad, tenía curiosidad y miedo, esperaba que él se lo aclarara.

—¿Por qué me confundiste con ese tal Lucerys?

—Es que se parecen mucho —mintió.

Cuando terminó de curarlo, Anna le buscó algo de comer a los dos. Se quedó en un lado del rincón observando a Luke hablar con Aemond, todas las cosas que había hablado con el castaño y las promesas que se habían hecho se romperían, que fuera príncipe todo lo cambiaba.

Ella era una simple panadera.

¿Qué podía ofrecerle a un príncipe?

No tenía riquezas ni algo que él pudiera desear, prácticamente debía tener de todo. Conocía muy bien las historias de los Targaryen y los Velaryon, estaban escritas en los libros que siempre leía y se nutría para tener buenos conocimientos.

No podía seguir tratándolo normal, era un príncipe, estaría faltándole el respeto a la realeza. Se sentía avergonzada por su comportamiento hacia él, se sentía muy tonta por ilusionarse, ella sabía que no todo en el amor iba a ser bonito.

Todo lo que ella una vez sintió quedó en el aire, no sabía qué hacer. Amaba a Luke, habían tardado en darse el sí y en confesarlo, para que ahora estuviera sucediendo eso.

Siempre Nos Encontraremos en el Mar #2 || Lucerys VelaryonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora