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1 año después.
Después de ese día, la relación de ambos castaños se fortaleció, cuando veían a la joven pareja pasarse entre risas por las calles algunos los veían con celos y otros con ternura.
Jasper y Clark siempre eran los que a veces sobraban en sus salidas, se la pasaban haciendo apuestas sobre la relación de sus amigos, no era sorpresa que ellos hacían todo para que en algún momento ellos se quedaran solos y tuvieran sus momentos, ya cuando cada uno regresaba a su casa, Luke recibía un montón de burlas y bromas por parte del pelinegro haciéndolo reír.
No podía ocultar lo que sentía por más que lo intentara.
Sin embargo, a pesar de que ya habían pasado mucho tiempo conociéndose, sabiendo sus miedos, fortalezas y debilidades, el Velaryon no se atrevía a seguir al siguiente paso, se quedaba estancado pensando en que el tiempo decidiría cuándo preguntárselo.
La realidad, era que sentía miedo de que la ojiverde fuera a rechazarlo, a veces sentía que tal vez solo eran así de unidos por su amistad y no porque ella sintiera algo más, cosa que era incorrecto, Anna estaba tan enamorada de él como Luke lo estaba de ella. La castaña se la pasaba triste ya que pensaba que no era lo suficiente buena para el príncipe, ya que este no apostaba por ir al siguiente paso e intentarlo.
Clark y Jasper la animaban, le decían que no se desesperara, pero como ya conocían, ella era muy terca, por lo cual trataban de animar a su amigo para que diera el otro paso, pero no lo hacía por lo que no les tocaba más que esperar.
Los sueños de Lucerys seguían siendo seguidos, al igual que los dolores de su cabeza, a veces podía ver mejor a una de las personas con que soñaba, pero a veces eran borrosas. El único que podía ver con claridad era un castaño, era mayor que él, aparentemente eran muy unidos antes de la tragedia.
Arrax también estaba siempre presente, pensó que tal vez fue una mascota que tuvo en el pasado. Tenía tanto miedo por averiguar quién era realmente que decidió olvidarse de su pasado y seguir como si nada, ignoraba los llamados del mar por más que sabía que eran para él.
Se resignó y decidió que tal vez su vida sería esta nueva que había vivido estos dos años.
A pesar de que él pensara que nadie de su pasado lo extrañaba como para buscarlo, estaba realmente equivocado, había una persona que no se negaba a creer que seguía muerto y seguía buscándolo.
Allí se encontraba Aemond, bajándose de mala gana de Vhagar quitándose sus guantes para montar mientras caminaba de regreso al castillo de Dragonstone. Estaba frustrado de volver sin ninguna pista o algún rastro de su sobrino Luke.
Subió a sus aposentos con la intención de relajarse un poco, pero no podía. Aenya se acercó a él y tocó su hombro, no hizo falta que se diera la vuelta para saber que era ella, la conocía muy bien.
—Joffrey me dijo que habías vuelto.
—Salí un rato con Vhagar a patrullar —mintió jugando con sus guantes.
