5.- Llavero

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A veces quiero ir a gritarle todas las cosas que nunca dije.


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Cuando nunca fuiste escuchada y un día te levantas y él ya no está, quedan mil palabras guardadas en tu boca con candado.

Pero creo que es necesario dejarlas salir.

Y aunque tal vez sea cliché, hoy puedes escribir esa última carta.

Aquí está la mía:

Hola, pasado

Soy tú, sabes perfectamente quién soy.

Sabes cuál es mi película favorita y sabes que película de globitos me ha hecho llorar tantas veces.

Sabes cómo me gusta el café y sabes que me gusta recibir flores los fines de semana.

Sabes por qué esa canción de Taylor Swift es mi favorita, así como sabes por qué es nuestra canción ahora.

Aunque quizás, quizás no sabes nada, porque nunca me preparaste un café y esas flores siempre las compré yo.

Porque esa canción de Taylor ahora lleva tu nombre, porque ahora lloro más con nuestra película que con ninguna otra.

Es increíble como tu vida entera se transforma en un extraño al que apenas y puedes decirle buenas tardes.

Y sí, tú eras mi vida, tú eras el cielo que quería ver al despertar y las estrellas que mis astronautas estudiaban cada día.

Eras el aire que llenaba mis pulmones con ganas de ser más, y eras la tierra sobre la que quería construir nuestra casa.

Eras mi casa, eras todo.

Y en tus palabras: Tú no ves a una pareja como prioridad en tu vida, querías moldear a tu pareja para adaptarla a tu vida.

Y solo desearía que eso me lo hubieras dicho de frente, porque entonces, yo hubiera podido decidir si quería ser ella o no.

Si quería ser alguien que se moldeara a ti, sí quería ser menos que una prioridad.

Pero creo que tú y yo sabemos que mi vida es muy grande y maravillosa como para solo moldearla a ti.

Solo moldearla a ti, sin recibir nada a cambio.

Y dejemos de lado las infidelidades, porque si de engaños hablamos, tal vez este me dolió más.

¿Por qué me tenías que hacer creer algo que para ti nunca fue verdad?

No amar a alguien lo suficiente es triste, pero no amar a alguien lo suficiente y jurar que sí lo haces, eso es cruel.

Porque mientras tú estabas danzando por la vida llevándome en tu bolsillo como un llavero de adorno, yo estaba construyendo una galería de arte en mi casa.

Y a ti te encantaba ser la obra principal, te encantaba ser admirado, cuidado y valorado.

Pero nunca pudiste tomar un pincel para pintarme el paisaje que siempre me prometiste ser.

En mi historia, fuiste cielo, estrellas, aire y tierra.

En tu historia yo era ese polvo al fondo de un cajón que preferiste ignorar.

Porque limpiarlo era muy difícil.

Una vez tuve un profesor de matemáticas que juraba que el polvo eran restos de estrellas que de alguna manera de colaban dentro de nuestra atmósfera.

Entonces quizás tú tuviste esa pequeña parte de mí, un poquito de polvo.

Quizá para ti era muy aterrador subirte a una nave espacial.

Pero yo voy a seguir siendo esa estrella allá arriba, que brilla y que brilla por sí sola.

Gracias por enseñarme en primera fila que es todo eso que no quiero.

Porque yo no quiero a alguien que me ame como a un llavero.

Ni tú te merecías a alguien que te ame como se ama el arte.

Atentamente, tu yo del pasado.


...


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Guía para Sanar un Corazón RotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora