Cuando entregas tu corazón y te lo devuelven en mil pedacitos, creo que es normal querer ir a romperle las ventanas del carro, y aunque me parece una idea tentadora, hay muchas formas saludables y bonitas de reparar un corazón.
Guía para Sanar un Co...
Él era mi vida, y cuando eligió a alguien más yo quedé suspendida en el aire, sin tener donde aterrizar.
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Hubo un tiempo en el que tuve su nombre grabado en el pecho.
Hubo un tiempo en el que mi tiempo era de él.
¿Y qué hago ahora con el sobrante de todo ese amor?
Cuando una persona empaca su vida, creemos que se lleva con él todos los amaneceres, las canciones de amor, las cenas románticas, las escapadas de la luna y las carreras alrededor del Sol.
Y claro que sí, se lleva su galaxia en una maleta de mano.
Lo que quiero decirte hoy es que tu galaxia sigue ahí, fuerte, maravillosa e independiente. Toda la magia aún está en la palma de tu mano.
Y escucharás una y mil veces qué hay muchos peces en el mar, y los hay, pero no se trata de los demás peces, leones y elegantes.
¿Te digo algo? Tus ojos aún pueden ser testigos de los colores más vivos, tus oídos aún pueden escuchar ese vals en sol mayor, tu boca aún puede pronunciar cada palabra de esa canción que un día dedicaste.
Tu corazón y tu mente aún pueden temer y emocionarse y angustiarse y enojarse... y enamorarse.
Enamorarse de ti, enamorarse de él, enamorarse de ella, de quien sea.
Porque hay cosas que nadie te puede quitar: la pureza de un amanecer y lo profundo de la noche, el sabor de tu comida favorita y los acordes de una canción, las mariposas que vuelan salvajes cuando llega una nueva galaxia, la capacidad que tienen tu corazón, alma y mente para amar, nadie puede empacarla en una maleta de mano, por qué es tuya.
Que esa persona no quisiera ser parte de tu futuro no quiere decir que ya no tengas un futuro.
Queda tanto por vivir y tanto por probar que me resulta fascinante lo inmenso que es existir.
Si alguien no supo valorarlo, qué tomen su maleta y corran libres.
Porque hoy yo agradezco tu existencia y la mía.
Hoy yo agradezco tu corazón y el mío...
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