74.- La traición, la decepción 👫🏻

15 2 0
                                    

☘️🐰🍀🐰☘️

─────────♡─────────

Un fuerte portazo resonó en la casa Lee sobresaltando al cirujano quien por fin había conseguido tenderse en el sofá a descansar un poco.

No había dormido nada la noche anterior, pensando en la posible respuesta de Jisung.

Sentía sus extremidades como hebras de lana luego de superar semejante ansiedad.

No sabía quien demonios no conocía el timbre o golpeaba la puerta como las demás personas, pero no parecía preocupado.

Ningún ladrón sería capaz de hacer semejante alboroto, por lo que sólo podía suponer que se trataba de alguien de la familia, quien probablemente portaba una llave y una furia desmedida mientras buscaba a alguien.

Esperaba que fuese a Jeongin, no quería tener que lidiar con dramas.

No cuando se sentía flotando sobre las nubes por haber sido aceptado por su novio.

Una boda.

Él se casaría por segunda vez en su vida, a pesar que siempre aseguró que eso no pasaría jamás.

Sabía que probablemente no tendría ni voz ni voto en las decisiones sobre la boda, pero en realidad el podría casarse en un campito cualquiera y estaría conforme así que no le suponía problemas dejar todo en manos de alguien más.

Tendría que prepararse mentalmente para ver a su futuro esposo histérico preparando todo, para lidiar con un niño en plena pubertad que estaba intentando descubrir su sexualidad, convencer a sus padres de que no había perdido la cordura después de enviudar y que estaba completamente en su sano juicio decidiendo casarse con un hombre, también hacerle saber a su furioso padre que su hijo había decidido cortar la cadena generacional de médicos en la familia eligiendo ser un veterinario y además de ello seguir dirigiendo un jodido hospital.

Sólo esperaba llegar vivo al día de su boda.

Jisung luego de consentirlo por algunas horas, no había resistido la tentación de querer presumir su sortija con Changbin por lo que le había dejado en casa asegurando que había olvidado ayudar con algunos asuntos a su hermana y de paso permitiéndole a Minho un tan ansiado descanso.

Un libro de cuentos se estampó en su rostro, haciéndole plantearse seriamente la idea de cambiar la cerradura de su puerta.

──¡Estúpido de mierda, no puedo creer que me hicieras esto! ── la voz de Sana estuvo a punto de reventar sus tímpanos ── ¡era tan difícil considerar a tu hermana para ayudar con tu jodida propuesta! ── comentó dejando un nuevo palmetazo en la cabeza de su hermano ── ¿es que acaso estoy dibujada? ── se quejó.

──Fue algo improvisado ── señaló recibiendo esta vez un golpe con cartera por parte de su hermana ── sólo lo pensé y quise que fuese algo de más bajo perfil para evitar este tipo de escenas.

──¿Bajo perfil? ── preguntó incrédula ── ¡la musgravita en esa sortija vale más de lo que gano en al menos un par de años, Minho!

──¿Musgravita? ── preguntó intentando desentenderse ── no era una musgravita, tenía descuento así que la compré ── mintió descaradamente.

──No quieras verme la cara de estúpida, amo las joyas y reconocería esa jodida piedra incluso a la distancia mientras camino en una playa de kilómetros de largo ── lo acusó ── incluso viéndola en una foto, sé que es una musgravita real.

Los labios de Minho sé abultaron, sin saber que más decir.

Ella tenía razón, amaba las joyas y accesorios.

Best Friends - MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora