La familia es lo primero

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-¿A qué te refieres?- JingYi sintió que su propia voz temblaba - La única manera de romper un vínculo es si...-

Si se pone otro en su lugar, si el maestro Wei intentó marcar a alguien más o si alguien marcó al maestro Wei.

Poco a poco las piezas iban cayendo en su lugar, un horrible escenario se estaba armando.

La voz rota de su amigo lo sacó bruscamente de sus pensamientos. -¿Qué vamos a hacer, el vínculo es una conexión sagrada y romperla repentinamente puede... A-Die podría...- Morir. SiZhui no tuvo corazón para terminar la oración pero JingYi entendió de todas maneras.

El peso de la situación cayó de repente. Fue como recibir un golpe en el estómago y poco a poco la furia se apoderó de los jóvenes alfas.

-Quédate aquí A-yuan. Cuida que ninguno de esos infelices se acerque a A-Die, voy a hablar con el gran maestro. Él nos dirá qué hacer-.

Con fuerte determinación ardiendo en sus ojos, le dió un último abrazo a su hermano y se levantó corriendo con rumbo al hogar de Lan Qiren.

Intentó ser lo más discreto que pudo mientras corría, a pesar de que internamente quería armar un escándalo y exponer a los dos malditos desgraciados que estaban haciendo sufrir a su padre, eso solo lastimaría más a HanGuan-Jun y preferiría cortarse ambas manos antes que provocarle más daño al Omega que lo cuidó durante toda su vida. Algo rugió dentro de JingYi, era hora de devolver el favor.

...

No tardó mucho en llegar, sin embargo, antes de que pudiera tocar la puerta un fuerte aroma y dos voces lo detuvieron. El sonido que venía de la casa era ahogado, definitivamente por talismanes para mantener el silencio, aún así se escuchaban las voces, lo que significa que definitivamente se estaban gritando ahí dentro.

Solo con el olor sabía quienes se encontraban dentro discutiendo, el gran maestro, y el líder de secta, Lan Qiren y Lan XiChen.

Un amargo triunfo recorrió todo su cuerpo, por lo menos Zewu-Jun recibiría el castigo que merecía por lastimar a su hermano. JingYi ya tenía contadas más de 30 reglas que había roto en su asqueroso encuentro con Wei Wuxian.

Ansioso se acercó a una de las ventanas laterales y abrió ligeramente la cortina que la cubría, no lo suficiente para tirar el talismán y que supieran su posición, sólo lo suficiente para poder escuchar la conversación.

-¡Acaso estás loco XiChen! ¡Sabes cómo afectará esto a la secta si sale a la luz! Acaso no fue suficiente con que uno de ustedes lo metiera a nuestro territorio. ¡ahora el otro también quiere meterse con él!- Jamás había escuchado al gran maestro gritar con tanto sentimiento.

Un momento, ¿"si sale a la luz"?.

-Lo siento Shufu, no pude evitarlo. Aceptaré cualquier castigo que los ancianos vean conveniente-

-¡Claro que no!¡Esto no saldrá de aquí! No permitiré que sus tonterías infantiles arruinen la imagen de nuestra secta-

-Shufu, ¿qué hay de Wang Ji? No creo que él pueda perdonarlos esta vez-

-¡No me importa! No me interesa si su supuesto esposo se muda de su casa a la tuya, esto no puede salir de ningún modo-.

Honestamente, JingYi dejó de escuchar después de eso.

No me importa.

No me importa.

No me importa.

La furia se fue esparciendo como lava caliente por sus venas, cómo se atrevían a tratar a HanGuan-Jun como si no fuera nada, cómo si el hecho de que ahora mismo podría estar muriendo en una camilla por su culpa no fuera de importancia, como si la vida del segundo jade no fuera nada a comparación de la estúpida reputación de un par de malditos mentirosos.

Bien, si a ellos no les importa, llevaremos a A-Die a donde sí lo merezcan.

Con una nueva determinación, regresó al ala médica donde dejó a su padre y a su hermano.

...

SiZhui vió como su amigo se acercaba poco a poco. Había tenido algo de tiempo para calmarse un poco, aunque seguía estando al borde por si alguna visita indeseada se acercaba mientras trataban a su padre.

-JingYi, no ha pasado nada, no vino nadie. El médico dijo que papá está estable pero que hay que mantenerlo en observación- No fue sino hasta que su hermano se acercó que pudo oler la ira que desprendía -¿Qué pasa?¿Qué te dijo el gran maestro?-

-Debemos irnos- Dijo entre dientes, como si le costara hablar sin explotar en gritos e insultos -Debemos llevarnos a Baba también, no está seguro aquí-.

Una ola de sobreprotección recorrió todo su cuerpo ante la declaración de su hermano.

-JingYi, por favor, dime que te dijo el gran maestro-

-No me dijo nada, cuando llegué estaba discutiendo con Zewu-Jun- Tomó una respiración brusca antes de seguir hablando -Quieren guardar el secreto. El gran maestro dijo que esto no puede saberse o arruinará la reputación de la secta-.

-¿Q-qué?-

-Y eso no es lo peor, también dijo que no le importaba que Baba no pudiera perdonarlos, ni que Wei Wuxian se cambiara del Jingshi al Hanshi, pero que desván resolver esas tonterías infantiles en privado-.

JingYi jamás le mentiría en un asunto tan serio como este.

El enojo que había intentado dejar atrás resurgió con todas sus fuerzas.

-Bien, si así va a ser, es hora de salir de aquí-.

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