Heridas recientes sobre cicatrices

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Con el plan listo, se pusieron en marcha, dejaron todo en orden, a pesar de que los dos
menores querían hacer todo un escándalo y darse a la fuga. Partieron lo más pronto que
pudieron.

Lan Wang Ji, debido al delicado estado de salud en el que se encontraba, tuvo que
montarse en un carruaje, en contra de sus deseos.
Aún así, no había nada realmente extraño en su salida, el Cultivador en Jefe acompañado del heredero de la secta y su discípulo principal en camino a ayudar a uno de los líderes de las grandes sectas.
Si bien el carruaje no era uno de sus métodos de transporte preferidos,
no era raro que lo usara debido a su posición sino más bien a la personalidad austera de HangGuan-Jun, así que de ser cuestionados, simplemente dirían que el omega mayor estaba cansado debido a su ciclo y listo problema resuelto. Nadie se atrevería a cuestionar.

La ayuda inesperada vino, curiosamente, de la doctora principal. Fue ella la que les sugirió
que llevaran el carruaje y además le dio personalmente a Sizhui unos cuantos pergaminos sobre la ruptura de vínculos y unos cuantos ungüentos para el dolor mientras HanGuan-Jun
se preparaba para el viaje.

-No es mucho, Xiao Lan, pero espero que pueda ayudar a WangJi de alguna manera-. Sizhui le preguntó cuál era la razón de que los ayudara, después de todo básicamente estaban desertando, aunque fuera por un tiempo indefinido y bajo la fachada de un viaje oficial.

-He cuidado de A-Zhan desde que era un bebé. Cuando era pequeño no permitía que nadie más lo tratara, así que me he encargado de él hasta el día de hoy. Estuve con él cuando su madre murió, curando las heridas que le provocaba hincarse en la nieve durante horas; fui yo quien trató las lesiones que sufrió en la guerra, yo cuidé de él cuando fue castigado y estaba al borde de la muerte, y después me rogó que cuidara
también de ti-. Dijo la médico -Lo he visto pasar por todo, Xiao Lan, y nunca he querido nada más que su felicidad. Nuestra secta siempre fue un lugar demasiado frío para el cálido corazón de WangJi, me temía que algún día le fallaría-. suspiró pesadamente- Y lo peor es
que sucedió, su secta le falló. Fue castigado injustamente y le tomó años recuperarse. Después de eso solo siguió pasando, y mi niño sólo seguía perdonando los constantes
fallos de los ancianos, viviendo con el peso de lo que sus errores provocaron.
Pero ya no más. No soy tonta Xiao Lan, ví lo que A-Zhan está sufriendo, he visto lo que ha sufrido por ese hombre desde que tiene 15 años.
Me duele no poder hacer nada para curarlo esta vez, solo me queda rezar y darle un poco de medicina para aligerar su carga. Sin embargo, también sé en qué clase de lugar vivimos, aquí lo mejor que WangJi obtendrá por su dolor son más años en reclusión y no merece eso.
Realmente espero que encuentren un lugar donde puedan ser plenos, todos ustedes.
Por favor, de no regresar, dile a WangJi que aunque fui dura con él, tiene todo mi aprecio. Y que
de necesitar una mano, la mía siempre estará extendida para que la tome-.

-Daifu debería venir con nosotros-. Respondió el menor suavemente -A-Die sigue delicado y no sabemos cómo afectará su salud que lo transportemos-.

-No Xiao Lan, si el Cultivador en jefe desaparece junto al médico en jefe, las demás sectas empezaran a sospechar que hay algo malo con WangJi y hay quien intentará derrocarlo mientras esté débil. Por eso su posición debe estar segura hasta que decidan qué quieren
hacer. Deben mantenerse a salvo.

Al escuchar esto, Sizhui hizo una profunda reverencia -Estamos eternamente agradecidos
por todo lo que ha hecho por nuestra familia Lan Daifu-.

-¡A-Yuan, está todo listo, debemos irnos!-. Gritó JingYi desde afuera.
Sizhui terminó de despedirse de la doctora y salió al encuentro de su hermano.

-A-Die ya está en el carruaje, le di el té calmante que Daifu nos dió así que probablemente duerma pronto. Vámonos, hay salir antes de que todos despierten, deberíamos llegar a
Lanling antes del anochecer-. JingYi decía mientras avanzaba. Sizhui lo detuvo con un abrazo -gracias, por todo lo que estás haciendo por nosotros-.

-No digas tonterías, ustedes son mi familia, haría mucho más que esto de ser necesario-. Sin más se separaron, montaron sus caballos e iniciaron su viaje.


Para cuando Wei Wuxian despertó, Lan WangJi ya no estaba.

Él y sus dos cachorros se encontraban, de hecho, a varios li de distancia. Pero esto claro
aún no lo sabía el beta.

Lentamente se reincorporó del suelo del jingshi de donde había despertado, no recordaba
muy bien el cómo había llegado hasta ahí, su última memoria era estar en la colina trasera buscando a su esposo.

Su esposo.

Su Lan Zhan.

Su precioso omega al que había visto por última vez doblegándose del dolor cuando intentó acercarse.

Jamás, en ninguna de sus dos vidas, había visto al jade menor sucumbir de tal manera.
Siempre se mantenía firme y estoico ante cualquier adversidad y las enfrentaba sin ningún tipo de queja. Siempre saliendo adelante.

Obviamente sabía que el segundo maestro se había enfrentado a dificultades. Lo entendía hasta cierto nivel. Había visto las cicatrices que cargaba en su espalda y como sus
movimientos parecían entorpecerse un poco cuando el frío calaba hasta los huesos y hacía que a los músculos atrofiados les costará un poco más cualquier tipo de actividad.
Conocía de memoria el relieve que la cicatriz de la marca del sol provocaba en su pecho, la huella que su pierna mostraba después de que tuvieron que romperla nuevamente para que sanara de manera correcta y la marca de dientes después de ser mordido Quella vez en la cueva.

Estaba al tanto de cada pequeña marca y su razón de ser, después de todo tenía memorizado cada detalle del cuerpo de su amado.
Sin embargo, todo lo que conocía sólo se trataba de efectos secundarios.
Wei Wuxian nunca vivió las heridas de su esposo, sólo vió las cicatrices. Era por lo tanto, mucho más
fácil ignorar que detrás de cada línea que ahora marcaba su cuerpo hubo alguna vez algún tipo de sufrimiento.

Atormentado por el recuerdo de su marido en el suelo intentó nuevamente abrir el lazo, esta
vez un poco más preparado para la ola de sentimientos que sabía que vendría, pero nada pasó.

Confundido lo intentó nuevamente. Simplemente no había manera de que Lan Zhan no estuviera sintiendo nada.

Silencio total.

Lo único que podía sentir era una calma inquietante.

Ahora más desesperado, llevó su mano a su marca de unión, anhelando la cercanía que su lazo debería estar proporcionando.
Sólo pudo observar horrorizado cuando bajó su mano nuevamente y ésta se encontraba manchada de sangre.

Rápidamente unió los puntos.

Sangre.

Sangre de un intento de una nueva marca.

Una nueva marca que se sobreponía a la que ya tenía, la que representaba la unión sagrada que tenía con su esposo.

De verdad la había cagado en grande esta vez.

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