「Capítulo 13.」

510 91 7
                                    

Los ojos de Jimin se humedecieron lentamente mientras se libraba una batalla en su interior; la ira, el dolor, rabia, tristeza. Sus labios se movieron como si quisiera decir algo pero nada salió de su boca, en cambio sus labios temblaron un poco. Su pecho bajaba y subía a un ritmo rápido bajo su traje.

¿Qué estaba haciendo? ¿Cómo siquiera pude culparlo? Así no íbamos a llegar a ningún lado, yo comencé esto, es justo que yo sea quien ponga todo en su lugar.

—Jimin, no quise decir...

—Piensa lo que quieras Jungkook, pero de esta casa no vuelves a salir sin mi autorización —sentenció para luego irse a paso apresurado cerrando la puerta de un golpe y dejando todo en silencio.

No era la respuesta que esperaba, talvez deseaba que dijera que no era cierto, que tirará cosas, incluso gritara, hubiera preferido que se hubiera enojado conmigo por decir algo tan absurdo, pero no, su silencio a mi acusación fue la respuesta. Pero para ser sincero conmigo mismo, aquello no me había dolido tanto, porque mi matrimonio con Jimin realmente no era mío, era de un Jungkook que ya no existía, por ahora solo me sentía algo raro, yo amaba a Jimin pero ese Jimin ya no es el mismo que yo amé.

A pasos lentos subí por la escalera a mi habitación y me deje caer en la cama, era grande para una sola persona, la habitación estaba fría, no había nada personal en ella, si un día me fuera nada en este cuarto cambiaría, porque ya hace mucho tiempo me habían borrado de ella.
Había estado tan emocionado de ver a Jimin de nuevo cuando regrese a Seúl que no me percate de que mi amor de había convertido en una ilusión, había sido muy tonto de mi parte el creer que regresaría a una relación de hace años, porque quién sabe que habrá pasado en nuestros años de casados, tal vez ese fuego se apagó con el tiempo y Jimin ahora se sentía responsable, tal vez Jimin había encontrado el amor en alguien más y mientras mi desaparición solo lo alentó más y mi regreso le trajo una carga.

Por ahora no tenía otra opción más que quedarme aquí, ya bastantes preocupaciones le había causado a muchas personas. Aunque una parte de mi siguiera en blanco mis capacidades no se habían ido, regresaría a trabajar, trataré de recuperar mi vida y hasta que me pudiera sostener por mi mismo tendré que permanecer a expensas de Jimin, pero se acabó el Jungkook ilusionado por un matrimonio perdido, se acabo el vivir en las nubes y la debilidad, esa no era mi personalidad. Viviré al lado de Jimin siendo un extraño, porque así es como el me veía y yo me cansé de tratar de luchar.

No me di cuenta en qué momento cerré los ojos, pero fue la luz que entraba por la ventana que me hizo abrirlos. La casa estaba muy silenciosa pero creo que ese era su estado natural, por lo que sé Jimin no ha estado durmiendo aquí por lo que no tendría que preocuparme por encontrarme con él después de lo de ayer. Me quité la ropa y me metí a la ducha, de cual abuse un poco quedándome un rato bajo el agua, cerre lo ojos y dejé que cada gota acariciará mi cuerpo, baje mi mano a mi entrepierna y un sonido de placer salió de mí...

Las manos de Jimin me acariciaban lentamente, deteniéndose en mis muslos para luego pasar a mis nalgas y abrirse paso, no podía dejar de gemir mientras su lengua exploraba mi ano como si fuera su cosa favorita, podía mirar el reflejo en las baldosas y era una escena tan exitante...

Con esa imagen en mi cabeza nevo sobre mi mano, odiaba estos estúpidos recuerdos. Una lágrima hizo un recorrido por mi mejilla y mi corazón dolió. Me enjuague y salí a paso apresurado, secandome lo más rápido posible para ir al armario y escojer mi ropa la cuál por alguna extraña razón estaba muy arrugada, me puse lo que pude rescatar, unos pantalones de pinza color gris y chaqueta a juego, camisa blanca y corbata negra, trate de arreglar un poco mi cabello y me rocíe loción. Sintiéndome mejor conmigo mismo y dejando atrás lo que pasó en la ducha baje al comedor para ver lo que podría encontrar, lo que no me esperaba era ver a un Jimin perfectamente vestido tomando una taza de café y leyendo el periódico, como si fuera algo de todos los días. Bien si él estaba bien con la situación, por más extraña que pareciera yo también. Así que  seguí mi camino a paso seguro para prepararme un café, hoy más que nunca lo iba a necesitar.

—Buenos días Jungkook —me saludó, decidido a fingir que lo de ayer no había pasado.

—Toda mi ropa está arrugada —ambos podemos jugar este juego.

—Lo sé, como verás no he tenido tiempo de poner en orden la casa, pero Taemin mandara a alguien para que se encargue así que no te preocupes si ves a alguien merodeando. Le daré instrucciones para que no te moleste no te preocupes. —me contestó a su vez.

—No te preocupes, puede hacer el servicio sin ningún problema, yo estaré en la fiscalía, así que si me disculpas —dije para acto seguido dirigirme hacía la puerta.

—Quedate justo donde estas Jungkook, creo haber dicho claramente que no irías a ningún lado sin mi permiso —y con eso dejo el periódico a un lado para prestarme atención, me dedico una mirada sería, con lo que indicaba que no era ni pregunta y petición, era una orden.

A mí nunca se me habían dado bien las órdenes.

—Jimin, según yo el médico no dijo nada acerca de estar en confinamiento, las leyes te prohíben mantener a alguien encerrado en contra de su voluntad y según las revistas que tan amablemente me diste tenemos un matrimonio igualitario, no veo porque carajo te crees con el derecho de encerrarme aquí, si estás preocupado por mi salud te aseguro que me siento bien, si te preocupa mi seguridad tengo el equipo de seguridad —me enfrente aquellos ojos fríos, a ese rostro con los labios apretados, a ese hombre que irradiaba rabia y que creía amar y con el corazón en la mano le continúe —Como me vuelvas a prohibir algo tendrás el acta de divorcio en tu escritorio a primera hora, aunque creo que eso no te importa mucho, tal vez se lo mandé a tu... secretario.

Lo mire se arriba a abajo para después darme la vuelta e irme hacía la salida, justo cuando estaba por tomar la manija la puerta se abrió, y sorpresa sorpresa Taemin estaba aquí, ese hombre me estaba resultando bastante patético, quería demostrar algo, lo sabía, y yo había sido tan estúpido para caer en sus juegos, pero ya no más.

—Señor Jeon, me alegra ver que ya está más recuperado —me saludo, con una sonrisa falsa, como siempre —estoy aquí por el señor Park, así que si me disculpa.

Iba a poner un pie dentro cuando lo detuve.

—Señor Lee, le agradecería que no entre a mi casa sin más, como vera aún estoy algo aturdido y no me gustan los extraños en mi casa, así que la próxima vez que venga toque la puerta, creo que le han enseñado modales si no me equivoco hasta en la universidad pública los enseñan a respetar a sus superiores.

Lo hice a un lado y salí de ahí, ya me habían hecho bastante daño aquellos dos. En algo le mentí a Jimin, yo no regresaría a trabajar, al menos no por ahora, yo quería respuestas y si mi esposo y mis amigos no me ayudaban yo tenía mis propios medios para averiguar lo que pasó.


Piezas De Tu Amor (Jikook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora