Parte 4 Beso ideal

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Los personajes son propiedad de Rumiko Takahashi y la historia está escrita sin fines de lucro.

̶ ¡Se ven tan lindos, Sayuri! –le decía Yuka a su amiga-.

̶ ¡Ay, sí! –le confirmaba, Sayuri- ¡me dan mucha ternura! ¡qué bueno que hayan arreglado esos malentendidos que los estaban separando y que ya lleven días de estar así de felices! -platicaban las amigas de Akane, mientras la observaban un poco de lejos junto a Ranma, almorzando, bajo la sombra de un gran árbol de uno de los jardines de la escuela donde asistían. Estaban sentados, compartiendo su comida y Akane tenía recostada su cabeza sobre uno de los hombros de su prometido-.

Ukyo también los observaba y aunque todavía le daba tristeza que lo de ella con Ranma no había podido ser, sentía su consciencia tranquila por haber hecho lo correcto. Sonrió levemente y cuando se dispuso a darse la vuelta para volver a su salón de clases, se percató de la presencia de otra persona que también los había estado observando y que se veía furiosa, pues, estaba apretando fuertemente sus puños y lágrimas traicioneras caían de sus ojos:

̶ ¡Fuiste de chismosa y le dijiste a Ranma que yo le estaba mandando los anónimos, ¿verdad?! –le gritó esa persona-.

̶ No, Shampoo, no se lo dije –le respondió Ukyo- Ranma no sabe que tú fuiste quien le mandaba esos anónimos por correo y que después, entraba a la casa convertida en gato para dejárselos en cualquier parte de su habitación.

̶ ¡Eres tan considerada! –le dijo, sarcásticamente-.

̶ No lo hice por ti, sino por él, porque sé que se asustaría mucho si se entera que estuviste tan cerca suyo, convertida en su peor fobia.

̶ ¡Pude haber conseguido que me prestara atención si no te hubieras entrometido! –le dijo, aún molesta-.

Ukyo se le quedó viendo. Dio un pequeño suspiro y después, le dijo:

̶ Shampoo, por tu propio bien, te aconsejo que te olvides de él: Ranma no es para ti, compréndelo, por favor... deja de hacerte daño por estar tan aferrada a un amor imposible –hizo una pausa- solo velos: están muy felices juntos y se les nota que se aman profundamente y contra eso, no hay nada por hacer.

Shampoo se molestó aún más al escuchar eso último. Se limpió un poco las lágrimas y se fue rápidamente de ahí. Ukyo negó con la cabeza y volvió a dar un pequeño suspiro. Después, volteó a ver nuevamente donde estaba Ranma y dijo sonriendo, internamente:

Sé feliz junto a la mujer que amas, amigo... te lo mereces.

Pasaron los días y aunque Ranma continuaba recibiendo esos anónimos (pues, Shampoo no se había dado por vencida), ya ni siquiera se tomaba la molestia de leerlos, además, sus padres, su prometida y su familia ya estaban más que enterados de esa situación y pensaban que, quien fuera que lo estuviera haciendo, en algún momento tendría que cansarse, porque Ranma ya no volvería a prestarle atención nunca más.

Una noche, mientras Akane se encontraba en su habitación haciendo su tarea, se puso a pensar en la nueva relación que llevaba con su prometido y sonrió ampliamente, porque no podía quejarse: todos esos días, desde aquella maravillosa cita que habían tenido, las cosas entre ellos habían cambiado radicalmente: ¡todo era perfecto y se sentía inmensamente feliz por eso!... sin embargo, aún faltaba algo y ella sabía muy bien qué era:

̶ ¡No, no, no! –dijo regañándose a sí misma, muy sonrojada- ¡no debo estar pensando en eso!... pero, es que... bueno, todos los novios lo hacen, ¿no es así?... ¡ay, no!... –dijo cubriendo su rostro, con ambas manos-.

Se levantó de la silla donde estaba sentada y se acercó al espejo que tenía en su habitación: vio su reflejo por unos segundos y después, lentamente, acercó una de sus manos a su boca para tocar sus labios:

Mi lugar favorito es junto a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora