❃Prefácio❃

1.4K 111 7
                                    

Sensible y tan increíble.

Así podían describirse el uno al otro. Cuando Atsumu puso su mirada sobre ese delgado y bajito chico de cabellos de zanahoria sólo pudo pensar en lo increíble que era. Como su personalidad tan brillante y extravagante hacía que todo a su alrededor se iluminara con locura.

Y cuando Hinata pudo conocer a fondo al Miya rubio se dió cuenta que era mucho más emocional y adorable de lo que parecía ser a la distancia. Tenía una personalidad tan burbujeante qué incluso él se sentía absorbido por su risa ruidosa y expresiones exageradas.

Claro que cuando Miya cayó por la maravilla de chico que tenía frente a él, a tan solo una red de distancia, este tenía pareja.

Kageyama Tobio. No le agradaba. No solo por el hecho de estar con ese hermoso y maravilloso Shoyo que lo había enamorado de inmediato. Si no porque a su lado, Shoyo se veía más apagado. Como si se ahogara.

Claro que cuando se lo dijo, el menor se puso a la defensiva. Él no sabía nada de Kageyama y su relación como para asumir qué pasaba detrás de su público noviazgo. Así que respetó la privacidad y distancia que el pelirrojo estipuló.

Lo amaba lo suficiente como para esperarlo.

Lo esperó años. Años en los que estaba seguro, Shoyo no era feliz con Kageyama. Pero eso solo era una suposición suya.

Y cuando finalmente, el dúo del Karasuno dejó de ser eso, un dúo, una pareja, se atrevió a invitarlo a salir. No esperaba que Hinata aceptara rápido, acababa de salir de una relación, pero tampoco esperaba que se fuera del país antes de darle una respuesta. Fue cuando el pelirrojo regresó de Brazil que lo aceptó y su noviazgo comenzó.

Ahí fue cuando "ambos" se enamoraron. Atsumu se enamoró.
Shoyo solo lo quería, como quieres a un amigo o a un hermano. Atsumu lo amaba como se ama a la mitad de tu alma.

Los amigos más íntimos de Hinata sabían lo muy enamorados que estaban el uno del otro. Les encantaba molestar a Hinata con eso, sobre su relación tan mediática con Miya y él solo se limitaba a reír de sus bromas y sonrojarse ante el tacto de Tsumu. Miya era tan maravilloso, que se sentía mal de no poder corresponderlo.
De no poder amarlo.

De extrañar a Kageyama.

The Way I Loved You {Kagehina/Atsuhina}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora