Habían estado profundamente enamorados. Durante años lo estuvieron y negar que aún lo estaban era como tratar de tapar el sol con un dedo. Hinata Shoyo siempre ocuparía un lugar en el corazón de Kageyama Tobio y viceversa.
Kageyama siempre iba a te...
Sentados lado a lado en el avión, camino a su natal Japón, Atsumu se disponía a escuchar música mientras Shoyo miraba por la ventana. De a poco empezó a caer dormido.
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Estaba sentado fuera del gimnasio de Karasuno. Tenía entre sus manos una botella de agua y el cuerpo sudado y cansado. A su lado, se sentó Kageyama. Con una botella de agua igualmente, se dispuso a beberla. Ambos se quedaron en silencio. Shoyo se recargó sobre el hombro del azabache. -Eres un asco.- Le dijo Kageyama. -¡¿Ha?! ¡Eres tú el que no sabe como ser un buen setter!- Le respondió alejándose del hombro de su novio. -¡¿Yo?! ¡Ja! ¡Soy un gran setter! ¡Tú eres miserable para rematar!- Le respondió. -¡Claro que no! ¡Eres tan mal setter que incluso Natsu lo hace mejor! ¡Y Natsu ni siquiera tiene fuerza en los brazos!- Ambos empezaron una discusión sobre sus habilidades en el Volley.
Que escaló a algo similar a una pelea marital.
-¡Tú ni siquiera te sabes lavar bien los pies!- Exclamó Shoyo. -¡Yo tengo una gran higiene, idiota!- -¡Que no soy idiota!- Le respondió casi emberrinchado*. Mientras su discusión se desarrollaba, ambos caminaban lado a lado hasta la colina donde Shoyo se dirigía a su hogar. -¡Claro que lo eres, eres un idiota!- Le dijo ya llegando al dichoso punto de separación. -¡Pues si yo soy un idiota, tú eres más idiota por salir conmigo!- Le gritó.
Ambos con sus personalidades temperamentales e insufribles, eran conscientes de que la discusión podía escalar a más.
E iba a escalar a más.
-¡Sí, tienes razón, soy un idiota por salir con el idiota mayor!- -¡¿Entonces por qué sales conmigo?!- -¡No lo sé!- -¡Entonces no lo hagas!- -¡¿Y si no quiero qué?!- -¡Ahh!- El más bajo solo se dió la vuelta y empezó a subir la colina furioso, mientras empujaba su bicicleta.
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El pelirrojo abrió los ojos, aún estaba en el avión y a su lado, Atsumu dormía sobre su hombro. Sonrió para sí mismo y apoyó su cabeza sobre la cabeza del rubio antes de suspirar.
¿Por qué había soñado con Kageyama? ¿Por qué ahora, que estaba tan feliz con Atsumu?
Al bajar del avión, la pareja se sostuvo de las manos, Atsumu hablaba enérgicamente mientras Shoyo solo lo escuchaba atentamente. Pensando en ese recuerdo con Tobio que no lo dejaba en paz.
