Capítulo 6: Anhelo tu sabor

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{Mark Dixon}

Terminé de arreglar mi cabello rubio en una coleta mientras me miraba al espejo.

—¿Terminaste? —asentí volteándome hacia Sam, que permanecía acostado en mi cama con mi celular.

—Vámonos —tomé mi mochila mientras iba hacia la puerta y el castaño corría para alcanzarme.

—Tu navegador está lleno de búsquedas gays. ¿Tan necesitado estás? —le quité mi celular enojado.

—Eres un imbécil Sam ¿Por qué revisas mis cosas?

—¿Cuándo piensas salir del closet?

—Nunca —bajé las escaleras, enojado, viendo a mis padres y a Ruby desayunando.

—Mark, ven a desayunar —a pesar de oír la voz de mamá, seguí avanzando hacia la puerta.

—No tengo hambre, me voy.

(...)

Estaba sentado en las gradas fumándome un cigarrillo mientras esperaba a que fuera la hora de entrada, tal vez haberme ido de esa forma no fue la mejor opción después de todo.

Al sentir a alguien sentarse a mi lado me giré encontrándome a Sam, puso sobre mis muslos una bolsa con un sándwich y un jugo de fresa.

—Aliméntate —ordenó.

—No tengo hambre —llevé el cigarrillo a mis labios, pero Sam me lo arrebató y lo llevó a sus propios labios.

—No te lo devolveré hasta que desayunes —gruñí mientras comenzaba a comer lo que me trajo.

Al terminar tiré los envoltorios a un bote de basura y miré a Sam.

—Terminé, Devuélveme el cigarrillo que ya casi no le queda nada.

Sam en vez de devolverme el cigarrillo se lo volvió a llevar a sus labios, rozó su dedo en mis labios y lo introdujo a mi boca obligándome a abrirla. Se acercó a mí y dejó salir el humo de su boca hacia la mía de forma lenta y seductora, haciéndome sonrojar. Dejé salir el humo lentamente mientras cambiaba mi vista al ver la sonrisa coqueta de Sam.

Él entrelazó nuestras manos y las dejó sobre su muslo, ambos mirábamos al frente sonriendo, en total silencio.

—¡Dixon! —Adam llegó corriendo hacia nosotros, Sam soltó mi mano de forma brusca.

—¿Qué sucede?

—Es tu hermana, un imbécil se encerró con ella en el baño.

Al escuchar eso ambos nos pusimos de pie, furiosos y salimos corriendo en dirección a los baños, siendo seguidos por Adam. Al llegar vimos a algunos alumnos reunidos mientras murmuraban.

En la puerta estaba Rachel golpeando una y otra vez mientras insultaba al chico y le decía que dejara ir Ruby. Avancé hacia ella y golpeé la puerta tan duro que mis nudillos se lastimaron.

—¡Mark! Detente, te haces daño —Laura me separó de la puerta—. Tengo las llaves —se las entregó a Rachel mientras esta abría la puerta.

En cuanto fue abierta, Sam y yo entramos como fieras al lugar, encontrando al rubio arrinconando a nuestra hermana contra la pared, tenía sus manos inmovilizadas mientras le besaba el cuello y esta forcejeaba tratando de liberarse.

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