[Ruby Dixon]
Me observaba frente a mi espejo mientras terminaba de colocarme labial y arreglar mi cabello, dos toques en mi puerta avisaron la entrada de alguien, Samuel, la persona que menos quería ver justo hoy.
—Ruby.
—Sal de mi habitación.
—Apúrate, llegamos tarde —se fue dando un portazo y suspiré.
Me sentía frustrada el día de hoy, lo mínimo y saldría discutiendo con cualquiera.
Tomé de forma brusca mi mochila y bajé corriendo las escaleras para luego salir de casa y subir al auto. Sam comenzó a conducir hacia la escuela.
—Últimamente, tienes tan mal humor, eres realmente odiosa —volqué los ojos ante el comentario de Samuel.
Si, no siempre he sido así, me siento descarriada, fuera de lugar, no me comprendo.
Al llegar a la escuela fui directo hacia el lugar que lograba calmarme, tiré mi mochila al suelo, abrí mi casillero y me quité el uniforme para colocarme mi ropa de ballet, entré a la sala de prácticas, puse la música a todo volumen y comencé a bailar, olvidándome de todo, ligera como una pluma flotando en el aire.
No sé cuanto tiempo estuve así, ajena de todo, solo me detuve cuando la música cesó, me volteé agitada encontrándome con el profesor de ballet.
—¿No debería estar en clases a esta hora señorita Dixon? —cruzó sus brazos tatuados por encima de su pecho mientras se recostaba a la pared.
—Así es, pero desperté algo abrumada y decidí venir a relajarme.
—¿El baile es tu forma de escapar de lo que te abruma?
—Bailar es mi puerta al cielo.
El moreno se acercó lentamente a mí y colocó sus manos en mi cintura.
—Estás bailando con enojo, no está funcionando, déjate llevar, escucha la música y hazla tuya —me hizo girar lentamente, depositó su mano en mi espalda mientras subía la otra por mi pecho haciendo que me arqueara hacia atrás.
Me giró de modo que quedé de frente al espejo observándome y viendo sus feroces ojos fijos en mí, levantó mi pierna suavemente haciendo que quedara completamente estirada hacia arriba.
—Incluso tus músculos están tensos, relájate.
—No puedo cuando está tan cerca de mí, profesor —lo observé a los ojos y relamí mis labios.
—Dixon... —su voz ronca sonó a reclamo.
Estoy jugando con fuego.
Me lo advierte la presión que ejercen sus manos en mi cuerpo y la respiración errática que choca contra la piel sensible de mi cuello.
Lo más lógico sería retroceder en esta posición, pero soy Ruby Dixon, adicta a jugar con fuego, me excita y me satisface quemarme.
Llevé mi mano hasta la nuca del moreno acercando su rostro al mío y sin demora comencé a besarlo, primero lento, asegurándome de que él esté de acuerdo, succioné su labio, metí mi lengua a su boca enredándola con la suya, jugueteando, provocándolo.
Me giré quedando de frente a él, rodee su cuello con mis brazos aferrándome a este con fuerza mientras devorábamos nuestras bocas de forma hambrienta.
De forma brusca me agarró de la cintura y me sentó sobre la barra de ballet, me agarré de esta algo nerviosa, pero ansiosa a la vez mientras sentía el frío espejo contra mi espalda.

ESTÁS LEYENDO
Generación Z
Fiksi RemajaOcho chicos. Una secta secreta. Monstruos en la oscuridad. Secretos dolorosos. Un juego de vida o muerte. Lexie school nunca había sido la mejor escuela, pero esto ya se les iba de las manos. La generación Z parecía ser una generación perdida