MADAME X - Lisoo

Dieciséis

1:00PM

El punto de vista de Jisoo.

No debería haber ido a almorzar con ella. Debería haber seguido mi mejor instinto y haberme ido a casa. No debería haberme enredado en esta jodida relación de tres vías.

Mientras mi almuerzo con Lisa se repetía repetidamente en mi cabeza, me preguntaba por qué no me defendía ni causaba conmoción. Le permití profanarme el matrimonio. De hecho, me encontré adivinando una de las pocas cosas en las que puse mi corazón y mi alma: mi matrimonio.

Justo cuando pensé que esto no podía empeorar. Allí se salió aún más de control. Mi problema no era solo que Lisa y yo teníamos una química increíble, sino el hecho de que cuando estaba cerca de ella no era yo mismo.

Me convertí en una persona demasiado sexy, necesitada y sumisa. Aunque Lisa era el dios del sexo dominante con el que siempre había fantaseado. Ella era la jugadora de poder y yo era prácticamente impotente.

Lisa era simplemente una fantasía. La fantasía había terminado, pero ella todavía quería jugar. Y también lo hizo una parte de mí. Lo que necesitaba era volver a mi realidad: Suho.

Suho dijo que quería saber cada detalle de lo que había pasado. Para seguir adelante, tenía que decirle a Suho toda la verdad. Eso es lo que yo haría. Sería una chica grande y le diría todo a Suho. Y luego podríamos avanzar como pareja como si nada de esto hubiera pasado.

Después de que Lisa confesara estar e enamorada de mí y se convenciera de que no me estaba entregando, estaba completamente mudo y con muerte cerebral.

No podía recordar haber recibido un regreso descarado a su ridícula confesión. Solo recordé que ella pagaba el almuerzo y me besaba en la frente antes de que se excusara.

Al menos no nos habíamos tocado, pero lo que ella quería era mucho peor.

Después de varios minutos de soledad para componerme a mí mismo y a mis pensamientos, me aleté de la mesa y devolví la llamada de Sehun. Solo para ser reenviado a su buzón de voz.

Me encontré barajando la mercancía en Jimmy Choo. Una de mis tiendas favoritas. Dado que tenía una obsesión poco saludable con los zapatos, era mi lugar de referencia para la terapia de venta al por menor.

Probablemente debería haber tenido una crisis mental, pero los zapatos detuvieron mis pensamientos fríos.

Christian Louboutin. Lanvin. Giuseppe Zanotti. Manolo Blahnik. Valentino. Saint Laurent.

Tuve que encontrar la manera de salir de esta tienda antes de encontrar un par que absolutamente debo comprar. Me maldije mentalmente mientras mis ojos se calmaban y luego me ensancharon con un par de sandalias Lanvin.

Antes de que pudiera detenerme, estaba en el mostrador con tres pares de zapatos fabulosos que no necesitaba, pero que no pude evitar comprar. La mujer del mostrador sonó los zapatos mientras sonaba mi teléfono.