When I met you... [Carlos Sainz]

CAPITULO 21

Maneje por las calles a las afuera de Palma, Mallorca, con mi Buggy que siempre lo usaba en esta ciudad, el viento despeinando mi cabello y el sol pegando en mi rostro. La música fuerte y cantaba al son de esta.

Agradecía que mi familia siempre fueron personas que preferían estar a solas antes que en el amontonamiento de la gente, por esa razón nuestra casa estaba lejos de la ciudad principal y con una playa privada.

Llegue a la casa, estacione y de un salto baje del buggy. Entre por la puerta encontrándome con toda mi familia sentada en el living charlando y riendo. Sonreí viendo a todos y levante las gafas de sol de mis ojos y los deje en mi cabeza

-Miren quien llego- grito uno de mis primos y nos abrazamos. Literalmente estábamos toda la familia, de ambas lados de la familia y por suerte la casa de al lado, pegada a la nuestra, también era de nosotros, solo que el propietario era uno de mis tíos donde siempre se quedaban todos los primos.

Pasamos todos el día junto y cuando la paz llego a mi hogar. Cuando todos se fueron, camine hacia el patio de atrás, me senté en uno de los sillones playeros que teníamos con mis piernas contra mi pecho, apoye mi cabeza en el respaldo mirando hacia el cielo pensando.

Pensando que iba a hacer al tener que regresar, pensando como actuar, pensando en si valía la pena.

Note como alguien se sentaba a mi lado y palmeaba mi muslo.

-¿Que paso cariño?- pregunto mi padre -Creí que vendrías con Carlos- escuche su nombre, cerré los ojos y negué -Algo sucedió- afirmo, no pregunto

-En la carrera de Silverstone Mick hablo conmigo, me convenció de decirle sobre mi sentimientos, pero cuando fui a felicitarlo por su victoria lo vi besarse con otra chica- le conté intentado no llorar como lo había estado haciendo los últimos días

Mi padre no dijo nada, solo me rodeo con sus brazos en un abrazo atrayéndome a su pecho y apoyo su mentón en mi cabeza. Me sentí como una niña otra vez, como cuando salía mal alguna carrera de Karting y el me consolaba después de esta.

-¿Porque nadie me quiere papa?- dije entre sollozos con mi voz entrecortada 

-Eso no es así cariño, mucha gente te quiere y siempre va a pasar en la vida estas cosas. Ya pudiste salir una vez de ahí, podrás otras vez-

-No se que hacer, Marco y Lando me han insistido mucho en hablar con el, pero no se si puedo- mi papa acaricio mi cabello 

-Deberías hablar con el - murmuro contra mi cabello y dejo un beso -Marco te conoce hace mucho tiempo y si ambos dicen eso, capaz todo fue un malentendido. Siendo sincero he visto como el se comportaba contigo y no creo que haya tenido alguna novia aparte de ti- nos separamos del abrazo y agarro mis manos mirándome a los ojos -Pero dejando de lado lo que creemos terceros lo mejor siempre será hablar. No será como con Ethan que podrás huir del país e irte a vivir a otro lado, lo veras varias veces durante el año o hasta puede suceder que terminen siendo compañero de equipo y no puede haber esa tensión incomoda- acaricio mi mejilla -Es tu trabajo, tu deseo y como siempre dices, nunca dejaras que nadie lo arruine- asentí con una pequeña sonrisa -Eso lo resolveremos después, disfruta de tus vacaciones, de tu familia que por mala suerte no puedes ver todo el año-

-Gracias papa- Me dio un ultimo beso y se despidió de mi deseándome buenas noches.

Mire al cielo estrellado con una sonrisa 

-Ojala estuvieras aqui abuelo- murmure. 

Así que como mi padre dijo, disfrute de los días que estábamos todo en familia. Varios hicieron lugar en sus agendas ocupadas para venir por lo menos una semana a Mallorca conmigo. Mi celular lo deje de lado, solo entraba a las redes sociales para subir una que otra foto y responder mensajes necesarios.

Evite los rumores contra mi, evite ver las paginas donde publicabas todo sobre las relaciones amorosas de los pilotos porque sabia que capaz Carlos aparecería ahí con ella.

-¡Vamos Mei!- escuche a Matías llamarme, uno de mis primos de mi misma edad que siempre fuimos muy unidos. Le sonreí y camine hacia él. 

Habíamos organizados junto a otros amigos, que siempre coincidíamos en vacaciones, ir a un bar a tomar y comer algo.

Elegí que el manejara el buggy porque sinceramente prefería descansar, así que me encargaría de la música.

-¿Como te sientes?- pregunto por milésima vez desde que le conté todo lo de Carlos.

-Sobreviviré Mati- le sonreí -Estar con la familia funciona mucho- el sonrió y palmeo mi muslo con cariño

La conversación la dejamos ahí queriendo evitar que me deprima, manejamos los 30 minutos que quedaba Palma de nuestras casas, cantando a pulmón cada canción.

Estaciono el auto, baje de un salto acomodado mi falda larga, mire al horizonte al sol esconderse en el horizonte y las cielo se tiño de rosa.

Matías rodeo mis hombros con uno de sus brazos pegándome a él

-Espero que ya hayan llegado- dijo

-Siempre son unos tardones- bromee con una sonrisa. Caminamos hacia la entrada del bar que era en la playa, pero me di cuenta que me había olvidado mi cartera en el auto -Que tonta que soy, ya vuelvo- le avise alejándome de el y caminando rápido.

Busque rápidamente mi cartera que por suerte había quedado medio escondida abajo del asiento del copiloto así que nadie pudo verla y sacármela. Me erguí acomodando mi cabello y flequillo en su lugar y revise que no me olvidara nada.

Mire por un segundo a la vereda del frente y mis ojos se cruzaron con los ojos azabaches del español. 

Había olvidado completamente que suele pasarla también aqui con su familia

Los nervios pasaron por todo mi cuerpo después de no haberlo visto por tanto tiempo. En sus ojos note cansancio y tristeza, ya no estaba ese brillo característicos de ellos, también en su rostro.

Y aunque no quisiera aceptarlo vi las personas en su alrededor buscando a la rubia, pero no estaba, eran todos hombres. Mis manos picaron queriendo ir hacia él para abrazarlo y besarlo, pero cerré los ojos y respire profundo borrando esos pensamientos. 

Baje la mirada acomodando mi cartera en mi hombro y negué con la cabeza. Solo le di la vuelta y camine hacia donde mi primo había ido.

Aun dolía.