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—Vamos una vez más

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—Vamos una vez más. Nos quedan solo dos meses para preparar está canción.

A Buda ya le dolían los dedos de tantas veces que habían tocado la misma canción. Quería irse de la casa de Sakata de una vez, pero cada vez que usaban su lugar para ensayar este se ponía molesto como si se tratara de su mismísimo manager y ellos fueran un grupo famoso apunto de dar su mayor concierto.

Para la próxima, votaría por la casa de Ying Zheng para practicar. Beelzebub no tenía cara de vivir en un ambiente muy agradable, y él no dejaría que esos descuidados se acercaran a su casa.

—Me cansé —se quejó, para tirarse en el sillón cercano—. Ya me duelen los dedos. Me van a salir callos si vuelvo a agarrar mi guitarra.

—No puede darte flojera siempre tocar la guitarra y solo cantar en todas nuestras canciones.

—Cantar también necesita esfuerzo, y me da flojera tocar la guitarra.

—Qué no te da flojera —murmuró Beelzebub, ganando una risa de Ying

—Comer.

Poco le importó a Beelzebub qué lo hubiera escuchado.

—¿Otra cosa? —preguntó Ying Zheng, animado por la idea de molestar a su amigo, aunque él también quería ir a casa.

—Me da flojera pensar.

—Suficiente charla. —Sakata habló en voz alta, asustando a los demás integrantes, lo que causó qué Ying Zheng dejara caer su bebida encima suyo—. Después de que Ying se seque, y más vale que sea pronto, volveremos a tocar la misma.

—Ya no quiero —se quejó arrastrando las palabras—. Tengo hambre y sueño. Mejor vámonos a comer algo, o por una pizza, o a casa.

Sakata golpeó sus baquetas con fuerza contra los platillos para despertar a los somnolientos integrantes de la banda, lo que le funcionó inmediatamente.

—Tenemos que practicar la última canción. Todavía falta la letra, pero aun así tenemos que coordinarnos.

—No es mi culpa que Ying Zheng no tenga la canción lista. —Buda dio media vuelta para verlo—. Con todo respeto.

Con todo respeto nadie le preguntó.

—La letra es lo de menos. —Ying Zheng dejó a un lado su botella casi vacía—. Como estás tan preocupado, yo canto y te acompaño con la guitarra. Tú tocas.

Definitivamente no.

No había forma de que lo hiciera.

—Me parece bien —respondió Sakata ante la intensa mirada de Ying—
Sirve para que no pierdas la práctica de la guitarra, Buda.

—Opino lo mismo —habló Beelzebub en venganza por tomarse su bebida.

¡Todo un complot en su contra!

𝑌𝑜𝑢 𝐵𝑒𝑙𝑜𝑛𝑔 𝑊𝑖𝑡ℎ 𝑀𝑒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora