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Era sábado al mediodía, el sol estaba picante y la vecina que vendía helados vio los riales multiplicados gracias al calor.

La carajitos corrían a dónde la señora Alicia a comprar barquillones, tetas de yogurt, chupis o torta fría. Eran los días así en los que sólo provocaba comerse algo frío y pasarla con alguien al que quieres mucho.

En el caso de Mingyu, él junto a Wonwoo estaban sentados en la platabanda de la casa del menor, viendo cómo la gente se mataba por comprar helados mientras ellos comían los que ya habían comprado.

—¿Viste? Te dije que era mejor comprarlos temprano.— Wonwoo comía su barquillon tan feliz, él tuvo que patearle el culo a Mingyu para que fueran.

— Seh, yo no me iba a calar esa cola. —Mingyu era tosco para comer, y el helado se le chorreaba por andar hablando paja de la gente que se paseaba por la calle—. Y menos mal que compramos los trisabor.

—Deja de hablar y cómete el helado que se te está chorreando todo.

Ambos se vieron.

Ambos captaron el chinazo.

Y ambos se rieron como gafitos.

—Bueno ta bien.

Mientras Mingyu se encargaba de que no se le volviera mierda el barquillon, Wonwoo se quedó viendo a la gente fijamente, tanto que entró a un estado de trance y comenzó a pensar en tonterías. Un estado popularmente conocido como "te quedaste pegao" o como le decía Seungkwan "Se te metió lo Hansol"

Sabía que Mingyu seguía hablando mierdas pero no sabía el contexto, se quedó viendo a una pareja que compraba helados. Agarrados de la mano, abrazados en público. A él le daba vergüenza andar agarrado en la calle, pero realmente no le avergonzaba Mingyu.

De repente, salió de su trance por culpa de Mingyu. Le había robado un besito sabor a trisabor, o como le había dicho él:

—Sabes trisabroso.

—Gafo— se rió, de la impresión y nervios. Ya fuera del trance, no dudó en preguntarle— ¿Te da pena si nos ven en la calle?

—No soy invisible.

Wonwoo pestañó lentamente.

—Me refiero que si nos besamos en la calle, por ejemplo ¿Te daría pena?

—Ahh —soltó una risita boba— No, normal. Tampoco te daría una lata en media acera.  

—Ah no, así tampoco.

—¿Por qué? ¿Quieres que nos vean?

—... No tengo peo con un piquito.

Mingyu tuvo que voltear la cara para otro lado, gritó en silencio y hasta fingió llorar. Gracias señor, por fin había domado a la bestia.

— Bueno, a la próxima no quiero comiquitas.— Mingyu revisó su teléfono rápido, le encantaba revisar estados y en uno de esos, vio a Seungkwan con Hansol pegaitos. Se le salió el chisme— MIRA ESTO.

—QUÉ —Wonwoo se arrimó y vio la foto, tuvo que acomodarse los lentes— ¿Ese es Seungkwan?

—Sí, pero ve lo que dice.

«Valió la espera, mine»

—Los carajitos de trece sí tienen vainas.— dijo volviendo a su lugar— Todo el mundo logra empatarse menos Soonyoung.

—¿Aún no le dicen?

—Yo no le voy a decir.— alzó los hombros— Está demasiado fácil. Además, a mí no me ayudaron.

U.E.I Sevenzuela -Seventeen-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora