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-Entra rápido. -Le ordenó.

Y así es como Hye se fue con un extraño que acaba de salvarla de ser violada. Tal vez no lo conocía lo suficiente, tampoco tenía idea del nombre de quien la salvó. Lo único que que sabía Hye es que era alguien bueno, la acababa de salvar y eso es suficiente para confiar en él.

Hye entró a un pequeño y lindo departamento. Todo estaba ordenado y olía muy bien "Fragancia de mujer" pensó, además que las paredes estaban pintadas en un tono morado pálido y blanco.

-Gracias por traerme contigo. -Jungkook vio a la chica frente a él, aún no podía creer que ella fuera hermana de ese idiota y que todo saliera así de fácil. -Yo estoy muy agradecida.

-Da igual. -Se sentó en uno de los sofás . -Ahora estoy cansado y quiero dormir. -La veía sin interés.

-Toma. -Hye se quitó la chaqueta que Jungkook le había prestado de camino a su casa. Fue algo torpe, su escote quedó a la vista y sus pechos casi salían.

Jungkook apartó la vista de inmediato, le pareció algo torpe he infantil. Claro que quería seguir viendo, si fuera en otras circunstancias estaría con su boca sobre ellos, talves apretándolos y dejando marcas, pegado como un bebé en ellos. Sus pensamientos fueron interrumpidos porque recordó que esa es la chica que haría sufrir lo que sufrió su hermana, además que aún parecía una niña, si no fuera por el cuerpo que dice todo lo contrario.

-póntela. -Le dijo sin verla. Hye se fijó y inmediato se volvió a poner la chaqueta sobre sus pechos, sus mejillas se pusieron rojas y mordió sus labios de forma inconsciente. A Jungkook le pareció algo sexi ver como se mordía y se remojaba los labios.

-Cuántos años tienes? -Hye lo miró atenta.

-Diecisiete, pronto cumpliré dieciocho. Mi papá me quiere hacer una reunión entre sus socios para festejar mi mayoría de edad, yo pienso que sería algo aburrido. Ya sabes viejos hablando de sus negocios, dinero, mujeres...

-Hablas muy rápido niña. -Jungkook dio un largo suspiro. -Qué haces de pie aún? ¿Por que no te sientas? No crecerás si no lo haces.

Hye lo vio con pena. Siempre fue una adolescente tímida y muy pocas personas la conocían muy bien, entre esas personas se encontraba su hermano mayor Park. Y con Jungkook le nacía ser auténtica.

-Tú no me distes permiso... No quiero incomodar.

-Dejate de payasadas mocosa. -Se levantó y la tomó de los hombros hasta llevarla al sofá en donde estaba él anteriormente.

-Mi nombre es Hye. Park Hye. -Extendio su mano izquierda.

"Park" ese maldito apellido que Jungkook aborrecía.

-Jeon Jungkook. -Al sentir la suave piel de la rubia sobre la suya, sintió demasiadas emociones. Quizás odio, dolor, tristeza. Esa jovencita que tiene frente a él es de la misma sangre del hombre que desgraciado la vida de su hermana y ahora él viene hacer lo mismo.

-Me gusta tu nombre. -Se sonrojo al decirlo. -Cuántos años tienes? -Al ver la mirada de confusión de Jungkook se retractó. -No lo digas si no quieres, se que la edad suele ser privada para algunas personas...

-Veintiocho años.

Hye se sorprendió. Nunca pensó en que esa fuera su edad.

-Te vez mucho más joven... Digo no es que estés viejo, tampoco te vez viejo.

-Si ya entendí. -Jungkook no quería seguir viéndola. No cuando sus piernas eran la perfección y sus pechos abultados que se veían demasiados cómodos para dormir sobre ellos o sus labios rosados y gruesos que solo incitaban a querer probarlos y saber a qué saben y como se siente. Jungkook tenía que dejar esos pensamientos si quería llevar a cabo su plan. -Te traeré ropa, te puedes duchar y luego dormir. -Empezo a caminar pero a Hye no se movió. -Sígueme.

-Si... Si claro. -Dejó de ver una pintura en donde parecía ser una montaña y una niña corriendo tratando de alcanzar una mariposa.

-Esto es lo más pequeño que tengo. -Le entregó una muda. Un pantalón de algodón y una camisa negra con una caricatura dibujada.

-No necesitaré el pantalón, la camisa me quedará perfecta. -Hye solo se quedó con la camisa porque le hizo entrega del pantalón a Jungkook. -Me iré a bañar.

Jungkook solo asintió y la dejó sola en la habitación. Salió y para estar seguro cerró con seguro la puerta de la habitación que alguna vez perteneció a Jade.

Después de algunas minutos Hye salió de la habitación.Jungkook estaba atento en su computadora. Hye llevaba su cabello suelto y mojado, la camisa de Jungkook le quedaba arriba de las rodillas, su piel eran tan blanca, incluso más blanca que la de Jimin, sus labios rosados sin necesidad de pintarlos y sus mejillas igual.

-Estás bromeado? -Dejó la computadora a un lado. Las piernas de la rubia se veían muy bien. Blancas y suaves, no eran el tipo de piernas delgadas. Hye siempre tuvo piernas gruesas y muy suaves. Eso a Jungkook le gustaba mucho.

-De que hablas? Yo me veo bien. -Se vio a ella misma. -Siempre me pongo este tipo de ropas, me siento cómoda. Además mi hermano dice que tengo lindas piernas.

-Tú hermano no te enseñó a no confiar en extraños?

Jungkook se levantó y se acercó demasiado a Hye.

-Me lo dice a cada rato. -Pensó. -Tu no eres un extraño. Además no te gusta? Mis ¿piernas te parecen feas?

Hizo un adorable puchero.  Jungkook se maldijo, no podía verla de otra manera, más que como la hermana de un mostro.

Hye siempre habla de esa forma, no es consiente de sus palabras y muchas veces lo dice de forma natural,es por eso que tiene a muchos detrás de ella.

-No Hye, no sigas más. No sabes en lo que te estás metiendo.

[...]

RevengeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora