Los Cuatro Reinos - Magie & Love #3 (Secuela)

Capítulo 22

"Mi Artista"

Al día siguiente...

Narra Katrien

"- Solo nos queda esperar Katrien, hiciste lo que pudiste, es momento de descansar y esperar a mañana – dice mi hermano sentado a mi lado izquierdo

Veo a mi mamá quien respira profundamente mientras más lágrimas salen, suspiro viendo a la cama dónde está papá durmiendo. No hay ni una sola marca de heridas, use toda mi magia, toda la energía que tenía para poder curarlo internamente y exteriormente.

Los tres nos encontramos sentados en un sillón enfrente de la cama, nos abrazamos al mismo tiempo deseando que el tiempo pase el tiempo rápido pero también teniendo miedo de lo que pueda pasar.

- Solo nos queda esperar...- repito en voz baja cerrando los ojos mientras ruego al cielo de que mi padre despierte mañana"

Me muevo levemente, siento la luz del día y abro los ojos lentamente viendo la ventana. En el instante recuerdo lo sucedido así que dirijo la mirada hacía mi padre pero termino encontrando con una cama vacía, abro más lo ojos asustada por esto.

Volteo a ver a mi hermano quien duerme tranquilamente al igual que mi mamá, los tres hemos dormido en el sillón pero ninguno notó la ausencia de mi padre.

Me levanto despacio procurando no asustar a nadie, salgo de la habitación comenzando a buscar en las demás sin embargo, solo encuentro al resto de la familia y amigos durmiendo, pero no a mi papá.

Llego a la sala donde me encuentro con Try y Michael jugando póker mientras Cylia duerme tranquilamente en el sillón.

- Princesa – habla Michael levantándose para hacer una reverencia al igual que Try

- Buen día... ¿Dónde está? – pregunto nerviosa

Try señala la parte de afuera de la casa, confundida por esto salgo de mi hogar buscando respuestas hasta que mi alma se llena de felicidad al ver la espalda de papá quien está parado cerca del mar viendo el barco siendo iluminado por los primeros rayos de sol.

- Papá, papi... ¡Papi! – lo llamo corriendo a él

Mi padre se voltea a verme, me sonríe ampliamente mientras se gira extendiendo sus brazos para recibirme con un fuerte abrazo al cual correspondo. Mis lágrimas salen sin parar, me aferro a él apretando su ropa con fuerza mientras me acaricia la cabeza con delicadeza para calmarme pero eso no detiene mis sollozos.

La imagen de él encadenado vuelve a mi mente, la imagen de cada herida, sus gritos de dolor, pensé que lo iba perder, intenté ser fuerte pero el miedo no me dejaba en paz, sin embargo, la esperanza ganó.

- Dime que no es un sueño, te lo suplico, dime que no te estas despidiendo – digo entre sollozos aun con algo de mi niña

- Ya mi niña, aquí estoy, aquí estoy – repite con dulzura

- Tenía miedo...creí...luego de lo que vimos y escuchamos yo...- apenas puedo hablar lo aprieto más sin quererlo soltar

- Sé que lo que viste fue horrible y fue doloroso, pero sabía que tarde o temprano la vida me iba a cobrar mis errores, eso debía pasar de algún modo – comenta mientras niego

- No, no debieron hacerte eso, tú eres bueno – digo

- No lo soy hija, y tú lo sabes pero eso ya terminó, ya pagué por los errores de mi padre y míos, ya no hay deudas pendientes – responde – Aquí estoy mi niña, no te preocupes más – insiste