El Secuestro de un Ángel

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Como hijo y único descendiente del demonio de la lujuria, no me era tan complicado obtener lo que deseaba de las personas; de los hombres era básicamente hacerlos cumplir su fantasía con un pequeño impulso de mi parte, y de las mujeres tenerlas para mi; gracias a eso me podía alimentar de las almas necesarias y mantenerme fuerte y vivo.

Mi padre dijo que desde pequeño aprendi muy rápido a controlar y ejecutar mis poderes, los cuales herede de él, sin embargo, dijo que no había entrenado lo suficiente, que me hacia falta pasar una última prueba antes de poder llevar el titulo de "príncipe de la lujuria". 

Para esto mi padre me explico que tenia que subir a la tierra, donde debería de pasar años primero perfeccionando mis poderes, para estar preparado para esa dichosa, prueba de fuego. La prueba consistía en hacer que un ángel cayera en mis redes, lograr que cediera ante la extrema lujuria, al punto de pedirme que la tome y la despoje de su luz sin la cual no podría regresar al cielo y quedaría como mía para la eternidad; la prueba era clara, y hasta no haberla cumplido, no podría regresar al infierno, y viviría en la tierra de los mortales, después de esa platica con mi padre, solo le dije –Te haré orgulloso– y salí de casa. 

Han sido varios y largos años, ya tenia "amigos" por así llamarlos, humanos necesarios para hacerme pasar como mortal, y esconder mi aroma a los arcángeles y cazadores de demonios. Obviamente estos amigos no sabían que en realidad los ocupaba para alimentarme, ya que cada vez que ellos pecaban, me alimentaban y me daban fuerzas, mientras yo practicaba con mujeres mis técnicas y mejoraba mis poderes para cuando por fin tuviera mi encuentro con un ángel; de tantos años que habían transcurrido ya tenia la práctica suficiente, mis poderes estaban en su mejor punto, solo faltaba la oportunidad de probarme sabiendo muy bien que un fracaso podía significar dos cosas; la primera tener que empezar desde cero y en el peor de los casos la segunda...una muerte segura a manos de las personas de las que tanto tiempo llevaba oculto.

Una noche iba caminando buscando una mujer para alimentarme de ella, era una clásica y fría noche de invierno paseando en la zona de clubes de la ciudad cuando de la nada escuche el sonido como de unos aleteos; por un momento pensé que eran pájaros, pero luego identifique que el aleteo era más grave y lento que el de un ave, en ese momento voltee hacia arriba y vi a dos ángeles mujeres bajando, sus alas tan blancas que reflejaban la luz de la luna, venían riendo sin importarles nada, pero yo por fin tendría mi boleto de regreso a casa.

Para no levantar sospechas las seguí como si fuera un simple mortal corriendo por las calles de la ciudad, me guiaba por la sombra que ellas proyectaban, y a veces volteaba arriba para reubicarlas en caso de haberlas perdido. Cuando ellas aterrizaron, anote en que calle y que edificio tenían su casa... a la mañana siguiente iniciaba la cacería.

Lo único que cambio la mañana siguiente, fue la hora de mi despertar, tenia que estar seguro de estar en el lugar donde las vi, ya listo para escoger cuál de las dos ángeles que habían decidido descender sería mi presa. 

Me bañe, me puse loción, me vestí, y salí al departamento. En el camino me alimente de los hombres y mujeres que yo sabia estaban pecando en los edificios en ese momento, ya sea por los ruidos, el olor a sexo y en los casos de los pisos más bajos, poder ver las sombras. Llegue al edificio a buena hora;  para mi fortuna, había una cafetería justo enfrente de la entrada procedí a esperar a que abrieran y me dispuse a esperar. Ordene un café americano negro y sin azúcar, en lo personal no hay mejor endulzante que los fluido de una mujer virgen, así que saque mi pequeño frasco y al terminar de vaciar disfrute de ese café. Definitivamente me encontraba en el lugar perfecto para verlas salir y empezar a seguirlas, además era un gran día para iniciar la cacería.

 De estudiar a los ángeles en tanto años sabía cosas importantes,  lo principal es que al llevar poco tiempo (por no decir nada de tiempo) de estar entre los humanos, seria fácil descubrirlas por la luz que emiten. No espere mucho tiempo, ya que al poco rato las dos chicas salieron de la entrada principal.

Relatos Erótico/ Sexuales para Noches de InsomnioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora