Negocio Redondo

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Para mi era un día normal de "trabajo", en realidad me había dedicado a robar ya por varios años, era muy buena, nunca me atrapaban; podía entrar y salir de los antros o plazas sin sudar, y con suficientes cosas para poder revender o simplemente quedarme para mi y disfrutarlas, no era como que sus "ex dueños" las fueran a extrañar. 

Sí, en definitiva conocer los lugares que procuraban los más ricos de la ciudad era un negocio rentable, desde poder robar una cartera llena de billetes, o collares y anillos, hasta relojes y llaves de coches por los cuales me daban muy buen dinero, a veces eran trabajos por encargo, otras solo por gusto propio y el shot de adrenalina dentro de mi. 

Yo vivía en la comodidad de departamento ya que en realidad robaba obras de arte o cosas que buscaban en el mercado negro, ese era mi negocio, y robar cosas chicas, era un hobby. Una chica tiene necesidades joyas, bolsas, maquillaje (chicas ustedes me entienden, lo se) y los hombres ingenuos o ebrios eran un blanco fácil, o al menos eso creía.

Ese día tan normal, era un viernes de fiesta, de salir a buscar presas fáciles. Me vestí como de costumbre, un sexy vestido rojo corto doble vista que por el otro lado era negro, en caso de necesitar esconderme y escapar, que tapaba mis bragas de lencería y mi strapless bra igual de encaje, y unos tacones que combinaban con el vestido. Me maquille discreta pero atractiva, me ondule el cabello, y tome la liga que generalmente usaba para ocultar las cosas robadas colocándola en mí muslo, arregle todo y estando lista salí a la zona de antros.

Esa zona la había recorrido por varias noches, siempre entrando a uno distinto para evitar ser reconocida. Al parecer aunque no era conocida ya se estaba pasando la voz de robos en la zona así que como siempre he dicho "más vale prevenir que lamentar", así que hoy tocaba el antro "Guarida de Lobos", en mi lista era el noveno a visitar, aunque ya había robado varios más, desde los de acceso general, hasta de los más exclusivos como el que visitaría hoy; todos en la misma zona, impresionante que nadie me reconociera, pero que puedo decir, mi talento era nato.

Llegue con el cadenero, me acerque lo bese en la mejilla y cuando tome su mano le pase un fajo de billetes que eran una suma significativa de dinero...me dejo pasar sin decir nada. Pase al cateo, me revisaron y me dieron el acceso, obvio tenia acceso al general y al área VIP, como de costumbre haría maldades en ambas zonas. Subí por las escaleras y ya se escuchaba la música a todo volumen, entre a la zona general y me dispuse a ir hacia la barra para poder observar a quienes serian mis objetivos y de paso sacar una que otra bebida "gratis" de los hombres que se acercaban a coquetear...eran caballeros y una dama jamás rechaza una copa... o sí?

Volteé a ver la zona VIP y vi a quien seria mi objetivo más importante, un chico extrañamente solo en el lugar más privilegiado del antro, sin más mujeres u hombres a su alrededor disfrutando de su copa, algo extraño para un bar tan exclusivo que dejaran a un hombre entrar solo, pero se veía bien vestido y alcance a distinguir un reloj caro, un saco a la medida, y zapatos de piel; sin duda el objetivo perfecto. Me le quede viendo para llamar su atención, me volteo a ver y comencé a coquetear, debía parecer indefensa y una niña buena para forzarlo a que se acercara. Pasaban los minutos y nada más no se movía, parecía que iba a ser más complicado, pero podía con el.

Tome el trago que me había comprado un chico, y camine hacia la pista de baile acentuando mis caderas, pasando de largo frente a el, y comencé a bailar sola en el centro de la pista, algo leve y sensual como si únicamente estuviera disfrutando del ambiente, además de verdad disfrutaba bailar me hacia sentir libre y de manera indirecta facilitaba mi trabajo... pero regresando a ese hombre misterioso, podía sentir su mirada, obvio sabia que no aguantaría mucho y llamaría por mi o saldría a traerme... no sucedió, por más que me miraba no se movía, comenzaba a frústrame, me fui nuevamente a la barra para calmarme con otro trago, me senté en uno de los bancos altos y mientras ordenaba, sentí una mano en mi cintura. Por mi mente paso lo mejor, ya lo había logrado; al voltear no era el, era uno de los otros a los que pensaba robarles más tardes un chico común vestido de negro, pero con cosas suficientemente llamativas para poder revender, así que decidí empezar a robarle. Dejé que me pagara el trago, le seguí la conversación y me invito a bailar con el; yo accedí, el baile hacia más fácil hacer mi trabajo. Nos levantamos, tomamos los tragos, le dio una señal al DJ y pusieron una canción, el chico tenia iniciativa, eso me gusta mucho en un hombre, lastima que solo me interesaba la parte del "negocio", caminamos y me llevo a la zona VIP, me dejaban pasar sin problema por mi vestido rojo.

Relatos Erótico/ Sexuales para Noches de InsomnioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora