† Diavlo: (IV)

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La madre de Taehyung últimamente se ha estado preguntando por qué siempre se encierra ahí todo el día. Solía estar por toda la casa.

—Taehyung, hijo —abrió la puerta después de llamar—. ¿Todo bien? Ya ni te veo en la sala de estar.

—U-ugh... Yo... E-es que... —intentó no gemir cuando el pelinegro apretó dulcemente su botón—. S-suelo estar estudiando, y- mm... Ahora tengo sueño. —se limitó a sonreír.

—Oh, entiendo cariño. Debes de estar en temporada de exámenes. Ya no molesto más. —cerró la puerta.

Entonces el castaño por fin pudo arquear la espalda y correrse en la boca de Jungkook, quien estaba bajo las sábanas chupando su pene.

—Sabes..., rebuscando por ahí, he encontrado algo... —enseñó un dildo—. Está como nuevo.

El menor gimoteó nervioso.

—¿Nunca lo has llegado a usar? —preguntó poniéndolo en cuatro. Restregaba el dildo por su entrada.

Taehyung negó con la cabeza, disfrutando del suave roce.

—Pues entonces vamos a estrenarlo. —lo empapó con su saliva y entonces lo metió en el ano del contrario.

—Ugh...~

«Está tocando mi punto. Sí... que siga así, por favor...» agarraba fuertemente las sábanas.

—Aquí, ¿verdad?

—¡A-AAH! —arqueó la espalda y tuvo espasmos temblorosos mientras respiraba con pesadez tratando de recomponerse.

Por si fuera poco, el pelinegro apretó su nalga para poder pasar la lengua por encima de su entrada sin dejar de torturarlo con el dildo.

—¡OH, JUNGKOOK! —arrugó los dedos de los pies y comenzó a llorar mientras le flaqueaban las piernas.

«¡Me voy a correr! ¡Voy a correrme! Se siente tan bien ahí... S-su lengua... Si me toca un poco más, voy a volverme loco.»

Ahí fue cuando la mano libre del mayor se dirigió al miembro del castaño. Acunó toda su longitud con los dedos y empezó a moverlos de arriba a abajo.

—¡AAAH! ¡NOO! —soltó sus fluidos sobre la mano de Jungkook y no dejaba de gritar. Parece que alguien acaba de olvidar que su madre está en casa.

—¿Taehyung? ¿Qué demonios ha sido eso?

Se quejó por lo bajo.

—D-deseo que mi madre no haya oído nada... —murmuró.

El contrario sonrió mientras lo sentaba en su regazo, alineaba su miembro y tapaba su boca.

—Deseo —metió su pene por completo— concedido. —sonrió al sentir lo suave que estaba.

El gemido de dolor del humano fue callado por el diablo, quien besaba su cuello para disimular el dolor.

† Diavlo

El pelinegro llevaba más de media hora disculpándose por su brusquedad y dureza, y el contrario sólo podía agradecer de que sea Sábado.

Acabó haciendo de cuna para calmar el llanto por el ardor en su zona íntima. Se abrazaba a Jungkook y comía su barrita de chocolate.

—Lo siento mucho, mi angelito. —besó su frente con cariño. Sentía desespero por que no acepte sus disculpas y lo siga ignorando. Por otro lado, el de gafas intentaba no sonreír. El diablo se veía tan arrepentido y era tan tierno con él que era capaz de ignorarlo todo el día con tal de que siga apegándose a él.

† Diavlo: Taehyung's Demon -KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora