Dura Diversión

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Amaneció el domingo, era algo frío para un país con microclimas. A veces hay frío, calor, lluvia o templado. En la calle se siente el ambiente, cual ese día identifica el clima. Es lo que Mateo siempre lo toma como superstición. Si un día está nublado, quiere decir un día aburrido, sin chiste y desánimo, pero con lluvia de por medio. Pero si el día está templado y soleado, eso significa un día alegre y bueno. Así comenzó ese día. Aún se lo recuerda como hizo la cosa más loca que hizo en su vida.

Mateo se alista para comprar algunas cosas, pero se pone una ropa para correr. Ya que le dijo a su mamá que haría carreras para septiembre, lo cual es falso. Solo necesitaba una ruta más fácil para perderse de vista por si algo sale mal. Con emoción, baja las escaleras y ve a su mamá llorando y con una botella de vino. Así que siente algo en su espalda, como un electroshock en la espina dorsal. Algo había pasado.

Mateo: Mamá, ¿paso algo?

Lorena: No, nada pasó, Theo. Solo anda a correr.

Mateo: Mamá, solo dime qué tienes.

Lorena: No pasa nada.

Mateo: Mamá, yo quiero ayudar solo...

Lorena: ¿Ayudar? Solo estorbas. Eres holgazán. No entiendes cómo afectas a las otras personas con lo que dices, haces y tratas a las demás personas. Eres como tu papá, así de estúpido. Al igual que él, sos vos.

Mateo: Mamá, ¿mi papá hizo algo?

Lorena: Solo ándate. Este asunto es entre tu papá y yo. Tú solo anda a hacer tus cosas.

Lorena, por la furia, tira la botella al suelo cerca de los pies de Mateo. A lo cual, Mateo se va enfadado de allí. Tenía razón en irse, pero tenía en mente ahorcar a su madre. Tanto que solo quería callarla después de que ella se desquitara con él. Mateo siempre quiere hacer el 100%, pero no logra satisfacerse a sí mismo y a su familia. Siempre lo han tachado de que no hace nada o siempre se mantiene en el cuarto perdiendo el tiempo. Pero la verdad es que no siempre lo que cuenta la gente es verdad.

Desde niño le ha encantado los videojuegos. Mientras su mamá estaba con Laura, que quería sacarla adelante apoyándola en cada cosa, ya que es la favorita de la familia. Mientras él se crió con un PlayStation. Gracias a eso, quiso ser programador y diseñador de videojuegos. Mientras su mamá le decía que era un holgazán que no tenía futuro, en su mente se llenó de imaginación gracias a esos juegos. Y hacía historias para videojuegos, con el objetivo de intentar llegar a ser un creador de juegos indie.

Desde PlayStation hasta Nintendo, no importaba la trama o dificultad, él se divirtió jugando un montón de historias como: The Last of Us, Uncharted 2, Bioshock Infinite, Portal, Back to the Future: The Game, Alice: Madness Returns, entre otros clásicos de otras consolas. Todo gracias a su tío. Aunque se pueda malinterpretar, no hacían nada malo entre ellos dos. Su tío le recordaba a él de niño y adolescente que quería divertirse con Mario y jugar en esas consolas, como los niños normales.

Su tío le había contado a Mateo que, en 1983, tuvo su primer trabajo a los 8 años, pero a la fuerza por el abuelo de parte de madre de Mateo. Era abusivo, timador y oportunista. Salía con mujeres bonitas. Aun se acuerda que había una que se quedó con él para quedarse con la finca que él tenía. Era voluptuosa. Así que aprovechaba para escaparse con su hermana a una tienda que tenía máquinas de arcade. Allí jugaban Pacman con la mamá de Mateo. Pero tenían mucho cuidado con las horas, ya que siempre venían hombres viendo de manera muy degenerada a la pequeña Lorena de 6 años.

Un día recuerda que se acercaron a ella con tal de tocarla. Cuando él fue a hablar con su amigo y fumar cigarros a espaldas de Lorena, porque ella era algo "comunicativa", en un momento de descuido, un hombre borracho se acercaba con los pantalones casi sueltos. Pero justo cuando quería comprar una gaseosa, lo ve. Así que toma una botella vacía que habían dejado allí y se lo tira al hombre. Provocando una caída fea para el que cayó en vidrios rotos de botellas. Así, dejándolo completamente herido de la cara. Y debido a la borrachera, no sintió el dolor.

El dueño llegó sorprendido al ver lo sucedido. Roberto le cuenta que se acercó a su hermana con malas intenciones, con los pantalones abajo, y señala al hombre con la misma descripción que él había dado. A lo cual, se acerca para ver si está bien. Y cuando mueve el cuerpo, se da cuenta de que es Efraín Caballero. Un hombre de 51 años que era hermano del dueño de la más hermosa finca de Escuintla, "La Chiquita". Roberto, al escuchar esto, se le hiela la sangre. Al saber que ese hombre no solo era hermano del hombre más importante de allí, sino que conoce a Roberto. Ahora trabaja para Guillermo Caballero.

Vendedor: Ay patojo, en qué lío te metiste.

Roberto: ¿Qué debemos hacer?

Vendedor: Ve a tu casa. No creo que la borrachera que se dio se acuerde de lo que hizo o lo que pasó. A ver qué le digo a Don Guillermo.

Roberto: Vaya, buena onda.

Roberto agarra las golosinas y agarra a su hermana. Aun asustada y con lágrimas en los ojos al ver al hombre con la cara cubierta de cristal con sangre. Se van en su bicicleta directo a su casa. Cual alma que lleva el diablo se meten en su habitación. Así que tiene que pensar en algo. Su hermana llora, él la carga, ya que era delgada y podía cargarla con facilidad. Así que piensa en algo para escaparse del problema. Toma un costal y mete la poca ropa que tienen, lo más que puede, con su hermana.

Pero cuando iban a amarrar el costal, logran oír una camioneta de último modelo llegar. Con un hombre con sombrero, estómago inflamado, vaqueros, botas cafés y con un bigote gris templado. Ese era el hombre que caracterizaba este hombre y siempre estaba acompañado de un joven. Pero esta vez, el joven iba armado con una escopeta. Golpean la puerta para que pueda abrir Ernesto, el padre abusivo.

Guillermo: Buenas, Ernesto. ¿Podrías abrirme la puerta por favor? Es que quiero hablar de la venta de tu finca.

Ernesto no responde, está dormido desnudo en la cama después de que su novia se fuera.

Guillermo: Neto, abrí por tu vida.

Ernesto: Ya, ya, ya. ¿Qué tanto apuro el de ustedes? Ahora, ¿qué qui...?

Ernesto abre la puerta y mira a Guillermo. Allí, el joven golpea a Ernesto con la escopeta. Roberto oye todo con una mirada inquietante. Así que tenía dos opciones: enfrentarlos o huir. Aunque no lo recuerda con exactitud, Lorena recuerda, pero Roberto sí. Solo se fue con su hermana en la bicicleta con prisa y cautela para que no fueran perseguidos. Así toma la decisión de irse a la Ciudad de Guatemala para estar seguros. Así tomaron una decisión cual vida costó para que el tiempo pudiera solucionarse. Mateo recuerda lo que contó su tío mientras corría por la calle. En su persona, llega a la conclusión de que escapar viene de familia.

El CrononautaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora