Doctora Forense

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"¡Despierta, es solo alguien de una novela!" Yin Tao negó con la cabeza con fuerza, desechando todos los pensamientos extraños en su mente.

Aunque había estado en este mundo durante más de medio año, Yin Tao todavía se recordaba de vez en cuando que en realidad pertenecía a otro mundo.

No sabía si algún día volvería repentinamente a su propio mundo. Aunque Yin Tao sentía que su vida actual era muy real, no se atrevía a imaginar su futuro.

"¡Trabaja duro, gana dinero y esfuérzate por vivir de forma independiente lo antes posible!" Una vez más, Yin Tao estaba decidido a mantenerse alejado de los personajes principales de la novela original. Solo entonces encontraría su propia vida en lugar de seguir la trama de la novela original.

Después de darse una ducha rápida en el baño, Yin Tao siguió las instrucciones de Feng Jing y puso el despertador para el mediodía. Finalmente, se acostó en la cama antes del amanecer.

Aunque Yin Tao había hecho todo lo posible por calmarse, todavía no podía evitar ver a Feng Jing en su sueño.

"Hermano Feng, ¿qué estás haciendo?" Yin Tao miró a Feng Jing, que estaba de pie frente a ella y sostenía un gran ramo de rosas. Su tono era un poco antinatural.

"Xiaotao, ¿puedes prometerme algo?" El tono de Feng Jing fue excepcionalmente suave, lo que sucedió que Yin Tao estuvo aturdido. No estaba segura de si la persona frente a ella era real.

"Tú... ¿por qué no me lo cuentas?" Yin Tao no pudo esperar evitar con ansias esta pésima trama.

Como era de esperar, Feng Jing, que estaba arrodillado sobre una rodilla, sacó un exquisito joyero detrás de él. Miró a Yin Tao con cariño y dijo: "¿Te casarías conmigo?"

Yin Tao estaba perdido cuando un gran grupo de personas apareció de repente desde el espacio abierto y gritó en voz alta: "¡Di que sí!"

Yin Tao miró al misterioso grupo de personas que la rodeaban y se dio cuenta de que todos eran rostros familiares. Estaban Bai Luo, Xia Jin, Ji Yu y los demás de la comisaría... También estaban Zhang Rui, Cheng Yao, Su Yan, Yin Hao y sus amigos.

Yin Tao estaba mareado por los gritos de todos. De hecho, vio a Le Yuan y Yin Ning, quienes también estaban felices por ella, entre la multitud.

Yin Tao se frotó los ojos y sintió que debía haberse vuelto loca. Incluso si estuviera soñando, no debería ser tan ridículo.

"Di que sí, Xiaotao". El tono de Feng Jing fue especialmente sincero. En el sueño de Yin Tao, Feng Jing se veía incluso más perfecto que de costumbre.

Yin Tao ya se había dado cuenta de que la situación no estaba bien, así que decidió ser audaz. Tenía curiosidad por lo ridículo que podía ser su sueño.

"Está bien, diré que sí". Yin Tao quería levantar a Feng Jing del suelo, pero en realidad sacó un enorme anillo de diamantes del joyero.

"¿Quieres que me lo ponga?" Las esquinas de los ojos de Yin Tao se contrajeron. Sintió que si ese anillo era real, debería ser suficiente para comprar docenas de casas.

Feng Jing puso el anillo de diamantes en el dedo de Yin Tao sin decir una palabra. Era la mitad del tamaño de una palma. Se paró frente a Yin Tao con una expresión dichosa y emocionada.

Yin Tao levantó la mano con cierta dificultad, sintiendo que su brazo comenzaba a perder fuerza.

"Xiaotao, te amaré y te protegeré por el resto de mi vida". Feng Jing abrazó a Yin Tao suavemente con una mirada excepcionalmente afectuosa.

Esta fue la primera vez que Yin Tao vio a Feng Jing así. Aunque la trama no era muy realista, la sensación de ser abrazado era muy realista.

"¡Bésala, bésala!"