- Peter, el chico que daba más calor que el sol. El chico de las mejillas rosadas y las ganas de vivir.
Pero su vida no era tan perfecta como parecía. Tenía depresión. A sus padres les daba igual. Solo tenía una persona en la que confiar, a Lee. Eran como almas gemelas.Les encantaba sentarse en el gran y colorido prado del verano y simplemente mirar el cielo azul. Comían una manzana que previamente habían recogido del árbol. Les encantaba el silencio.
- Solo no digas nada y escucha a los pájaros.- Decía Lee. A veces se miraban a los ojos. No tenían nada que decir, se entendían sin palabras.
Lee sabía la depresión que tenía Peter. Hizo todo para hacerle sentirse mejor, y ayudó. Siempre que Peter estaba con Lee se sentía seguro, nadie podía hacerle daño con Lee a su lado. Simplemente sintiendo que tienes a alguien en tu vida que te ama, en quien confiar en él, con el que simplemente puedes disfrutar del silencio...