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Tenía miedo de las consecuencias que podían pasar al haber corrido a un demonio de esa manera. Más que preocuparme por mi, me preocupaba él, lo ví a costado, parecía tener una pesadilla, fruncía su seño, tenía miedo de que algo le pasara a él l.
Me acosté a su lado, y lo abracé, no sé si era ilusión mía y del sueño que tenía, pero parecía que con mi abrazo, se calmó, sus expresiones se suavizaron, me alegró ver eso y simplemente me dormí a su lado.
. . .
Desperté muy descansado, igualmente desperté antes que Aldo. Me levanté y fui a la sala en busca de mi teléfono celular, Revisé que hora era, en mi reloj tenía las 7 de la mañana.
Me volví a meter al cuarto y me acosté al lado del bello durmiente, ya era hora de despertar y él se hacía bien menso, seguro está muy cansado. Aunque yo quiera verlo dormir toda la noche me es imposible tanto para el como para mí, era hora de levantarse para alistarnos e irnos al evento.
Lo molesté un poco para despertarlo, le jalé ambas mejillas y simplemente frunció el seño y a la vez se quejó, para después quitarme sus mejillas y darse la vuelta volviéndose a acorrucar en las cobijas haciendo unos soniditos como de abuelo gruñón.
No debí haber escuchado eso, me enternecio y me hizo gustar de él mucho más.
Seguí molestando, le jalaba el piquito de los labios, le jalaba la nariz, claro, despacio para no lastimarlo o dejarle algún moretón
-Estate quieto Valdo
Escuchar su regaño de viejito me hizo soltar la carcajada. Aveces, aunque él lo negara, tiene el carácter de un abuelito enojon
-Ya despiertate cara de verga, ya es bien tarde, ¿No tienes hambre?
Simplemente mufó y me volteo a ver. Nunca me voy a cansar de decir lo mucho que me gusta, su carita toda apachurrada y todo greñudo, me gusta cada parte de el.
-Ya no quiero ir, ¿Y si no vamos?
-Tenemos que ir si o si, somos invitados especiales, además de que es campaña
-Ni modos, a trabajar
Se levantó y se sentó en la cama estirándose y bostezando a la vez.
Yo me fuí al baño a lavarme los dientes. En cuanto terminé me fuí a la cocina a hacernos algo de desayunar.
-¿Vas a ser mi novia?
-Ora tú pendejo- no me di cuenta cuando Aldo se puso detrás mío viendo lo que hacía
-Esta escena es digna de una escena de libro de fantasía en la que una pareja termina de coger y a la mañana siguiente la novia le hace el desayuno al novio
-¿Que no el novio le hace algo a la chica?
-No sé, no es como que me lea ese tipo de cosas para saber
