Parte 2

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La luna no es brillante; nunca lo ha sido. Al contrario de la creencia popular, la luna es sólo una esfera más en el universo llena de polvo, y de quien recibe luz no es más que sólo una estrella cuarenta veces más grande que ella, estando cuarenta veces más alejada con respecto a nuestro planeta.

El primer problema que encuentro con respecto a esta filosofía es el querer ver el atardecer tanto como el amanecer, la afición de disfrutar de la luz del sol tanto como de la luna, los celos de las miradas y secretos que se guardan después de tantos milenios juntos.

Más allá de eso, opino que otro problema es caer por uno cuando el otro no está. Bien podría morir en un eclipse y ellos seguirían en la intimidad del infinito, sin darse cuenta que un ángel caído les ha llorado mil lágrimas por ser la más hermosa creación de su padre.

Sin embargo, de alguna manera los entiendo ya que tú, fanática de la música, y yo, fanática de la libertad, hemos hecho exactamente lo mismo. No me sorprendería escuchar que, entre todo el universo, la luna y el sol nos envidian. No los culpo. Pero todo tiene su final. Tal vez saltes de aquél edificio mañana y así podré afirmar deliberadamente que mis tres primeros amores se encuentran en el cielo. Y tal vez no sea tan malo, después de todo.

El Eclipse de tu AusenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora