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—Renjun, ¿puedo hablar contigo en mi oficina? —preguntó Jaemin después de la clase del lunes.

Renjun se colgó su bandolera sobre su hombro. Había sabido que solo era cuestión de tiempo antes de que el profesor empezara a lamentar sus acciones de hacía unas semanas.

—No te preocupes por ello —dijo, esperando tranquilizar a su profesor favorito.

Jaemin sacudió la cabeza.

—Por favor. Hablemos en mi oficina.

Lo último que Renjun quería era estar en una habitación cerrada con su profesor sexy desaliñado, pero asintió.

—Tengo otra clase en una hora.

—Vale. —Jaemin empezó a caminar hacia la puerta lateral, pero paró y se giró—. ¿Vienes?

Renjun todavía no estaba seguro. Había pensado en poco más desde que Jaemin le había hecho la proposición, pero no podía evitar preguntarse si estaría entrando en la guarida del león.

—Sí. —Siguió a Jaemin fuera del aula, bajando por el largo camino que llevaba a dos tramos de escaleras—. ¿El profesor Lee está aquí?

—No. Jeno está en Eugene en la University of Oregon haciendo una conferencia con un colega. —Jaemin abrió la oficina y señaló a Renjun para que lo precediera—. Volverá tarde esta noche.

Buscando algo que decir, Renjun dejó que su bandolera cayera de su hombro y se sentó delante del escritorio de Jaemin.

—¿Viaja a menudo?

Jaemin se encogió.  Abrió una pequeña nevera y sacó dos botellas de agua

—A menudo no, un día o dos cada mes, pero rara vez pasa la noche fuera. —Le pasó una botella a Renjun—. Necesito disculparme por la forma en que te tiré los tejos.

—Te lo dije, no te preocupes por ello. —Renjun bebió. Se sentó en el borde de delante del cojín, listo para correr si era necesario. Tan incómodo como pensó que sería la reunión, era peor. Tragó el agua y silenciosamente maldijo a la reacción de su cuerpo ante el hermoso hombre de pie sobre él. Maldición. Cuando su polla empezó a endurecerse, supo que tenía que salir de allí—. ¿Eso es todo? —preguntó levantándose.

Jaemin se sentó en la esquina de su escritorio y colocó su mano en el hombro de Renjun.

—Siéntate. Quiero explicarme.

—En serio, profesor, no hay necesidad. —Renjun miró la mano en su hombro y esperó a que Jaemin la quitara. Aunque Jaemin era más pequeño que Jeno, todavía era mucho más grande que Renjun, lo cual hacía que las diferencias entre Renjun y Jeno fueran ridículas.

—Quiero que salgas conmigo en una verdadera cita. Quiero que veas que podemos estar bien juntos.

—¿Por qué? Ya tienes a alguien en tu vida. —Un pensamiento golpeó a Renjun—. ¿No se llevan bien ustedes dos?

—Jeno y yo estamos mejor que nunca. Es por eso que necesito que lo entiendas. Nuestro interés en ti es mutuo. Solo creo que sería más fácil para ti entenderlo si nos conoces mejor uno a uno.

No tenía sentido. Jeno y Jaemin eran hombres increíblemente calientes, entonces ¿por qué estarían interesados en salir con alguien que ni siquiera podría entrar en la clasificación de sementales? ¿Y por qué coño querrían pasar por la molestia de salir con él? Renjun levantó sus manos.

—¿Para qué? ¿Cuál es el objetivo? No estoy interesado en ser su pequeño juguete sexual. Sé que puede que no lo parezca, pero tengo sentimientos y pueden ser heridos.

sandwich de profesor;; norenminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora