All the young dudes (Sirius perspective) year 5-8

Sexto año: La larga noche

Sirius todavía estaba nervioso durante la cena, lanzando miradas furtivas a moony desde el otro lado de la mesa mientras James intentaba llamar la atención de Lily balanceando una cuchara en su nariz. Remus estaba charlando en voz baja con Marlene sobre su tarea de Cuidado de Criaturas Mágicas, luciendo completamente a gusto, muy lejos de la frenética desesperación de la noche anterior. Sirius lo estudió, buscando cualquier signo de grietas, y solo desvió la mirada cuando Moony levantó la vista y le lanzó una sonrisa desconcertada.

Las cosas parecían normales mientras subían las escaleras hacia la torre de Gryffindor, normales cuando se preparaban para dormir, normales cuando Remus les dio las buenas noches y cerró las cortinas. Sirius se preguntó si James había tenido razón, si simplemente estar allí era suficiente. Tal vez realmente había exagerado las cosas, preocupándose como un tonto por nada. Después de todo, Moony al menos había accedido a no huir solo, ¿no?

Así que se acostó en la cama, escuchando los sonidos familiares de Remus dando vueltas y vueltas. Pero no hubo nada, solo silencio, y eventualmente Sirius se quedó dormido.

Durmió mal, sueños fragmentados con tonterías de pesadilla: sentimientos e imágenes extraídos de las profundidades de su mente subconsciente, superpuestos por la implacable sensación de ser seguido. Sirius estaba corriendo, mirando frenéticamente hacia atrás por encima del hombro, cuando un fuerte golpe lo devolvió repentinamente a la conciencia.

"¡REMUS LUPIN!"

La voz aguda de la profesora McGonagall lo sacó del sueño; Sirius se sentó de golpe, rasgando sus cortinas. McGonagall, vestida con su camisón y bata, marchaba directamente hacia la cama de Lunático, blandiendo su varita encendida como una antorcha.

"¿¿Profesor??" La voz atónita de James llegó desde el otro lado de la habitación; tanto él como Peter también habían asomado la cabeza por detrás de las cortinas. Los tres chicos observaron en un silencio estupefacto cómo su maestro irrumpía en el suelo de piedra.

Corrió las cortinas de la cama de Remus y Sirius sintió que su corazón se convertía en piedra en su pecho.

Remus se había ido.

Su cama estaba vacía, las almohadas arrugadas, las sábanas enredadas de donde él las había pateado.

No, pensó Sirius, congelado, Él no...

McGonagall miró hacia abajo, los labios apretados en una delgada línea. Parecía furiosa y aterrorizada. Después de un momento, giró sobre sus talones y comenzó a salir de la habitación.

"¡¿Qu-profesor?!" James se levantó de la cama y la llamó: "Profesora, espere, ¿qué está pasando? ¿Dónde está Remus?

Sirius siguió mirando fijamente, sin comprender, el colchón abandonado. Él no haría eso. Dijo que iríamos juntos, se suponía que me dejaría ayudarlo.

McGonagall se detuvo en la entrada, acosada y tensa.

"Lo siento, Sr. Potter, pero me temo que no hay tiempo para explicaciones".

"¿Paso algo?"

"¿Remus está bien?"

Ahora Peter también estaba saliendo de la cama, mirando ansiosamente al profesor de Transformaciones mientras hacía su pregunta.

No lo haría, no lo haría, no haría eso...

"Lo siento , muchachos, pero simplemente no hay..."

Ha ido a Hogsmeade, ¿verdad?

La voz de Sirius sonaba extraña a sus propios oídos: plana, monótona, aburrida. Seguía mirando la cama de Remus.

Los ojos de McGonagall brillaron cuando se volvió hacia él. "¿Cómo sabe eso, Sr. Black?" Ella preguntó, bruscamente.