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EVANGELINA MONTSERRAT

En el día de ayer aproveche para hacer mi prueba para mi carnet de conducir y salió perfecto, me aprobaron entonces decidí en el día de hoy después de haberme angustiado por lo que sucedió ir a trabajar por primera vez en mi auto Cherry QQ blanco. Activé mi GPS y maneje con paciencia y emocionaba por lo que estaba haciendo, sin embargo un viaje que realizaba en casi 2 horas solo tomó 40 minutos, fue más rápido de lo que creía. Ingrese al estacionamiento del trabajo, Gustavo me recibió muy bien como siempre, estacione el auto y baje de alli con mi falda y saco de vestir que combinaban y compre hace varios dias pero aun no me animaba a usar ya que jamas use falda en el trabajo, algo que acá era habitual ver en las mujeres dentro de esta empresa.

Subo al ascensor, llego al piso 12 e ingreso a la oficina.

—Me alegra verte.

Levanto mi mirada acomodando mi cabello.

—Buenos días Martin —me acerco y le doy un beso en la mejilla.

—Me enteré de lo que sucedió ayer —aclara.

Bajo mi mirada.

Martin toca mi rostro levantando mi mirada.

—No va a volver a suceder.

—Martin...

Me mira con una mirada que dice más de mil palabras y me sonríe haciendo que mi alma se estremeciera.

—Laura Yanes no tomará decisiones por ti, así que no te preocupes porque no vas a perder el presentismo y tampoco tendrás el descuento por el día.

—Se lo agradezco.

Martin saca algo del bolsillo.

—Aquí están el pasaporte y su Visa ¿Está emocionada?

—Un poco, pero también aterrada jamás subí a un avión.

—Bueno estarás conmigo por cualquier cosa —me recuerda.

Sonrió agradecida.

—Bueno, iré a trabajar —caminó unos pasos hacia mi escritorio.

Durante las primeras dos horas de la mañana todo iba en silencio hasta que lo llenaron de llamadas telefónicas a Martin, pero luego de terminar y cada uno tomar su café y yo mi té con leche llegó Natalia.

—Buenos días Evangelina, me alegra verte hoy —mira a Martin— ¿Vas a terminar con el caso? —dice seria— la mujer no tiene donde caerse muerta.

—¿Me hablas en serio? —contesta molesto— no me importa que la mujer haya sido su amante, le corresponde.

Levanto mi mirada escuchando su conversación.

—Brenda Guerra le gusto jugar a los amantes ahora que cargue con la deuda.

—Martín, ¿De enserio? ya está, Mariano Lopez esta muerto.

¡¡¡¡¿Qué?!!! ¿Dijo Mariano López? No puedo respirar, tragó saliva creo que voy a morir mi corazón palpita.

—Bueno que se endeude, no es mi problema que tenga un hijo de siete años, y mucho menos que el accidente lo haya tenido con su mujer —se levanta enojado y sale de la oficina.

Miro a Natalia. y pregunto casi sin poder respirar.

Ya no puedo con esto, lo único que quiero es salir corriendo llorar y desaparecer por un momento.

—Perdón... pero— ¿Quién es Mariano? —pregunto destrozada, aguantando mis ganas de llorar.

Natalia se acerca y suspira.

MI ERROR FUE AMARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora