00:00 ✧˖° Mechoa°˖✧

04

Su mente solo podía procesar las palabras de Sergio.

Lo dejó solo

Lio fue detrás de él

Su mirada siguió al hombre, el cual lo maldecía mil veces sin saber quién era en realidad. Se levantó de un pronto a otro y tomó distancia con Sergio. Ambos mirándose.

- Ese forro hijo de puta cara dura de seguro debe de tener la gran vida, ¿mientras que nosotros que? solo podemos tratar de seguir sin un amigo, sin un hermano, sin un hijo en el caso de Celia y Aimar. El idiota ni siquiera sabe lo que pasó ni se atrevió a venir a su funeral a dar la cara por lo que le hizo. Nunca le importó y lo peor de todo... Es que confié en él. Le confié para que al cabo de semanas se fuera y me dejara con un chico sin alma.- Kun lloraba de la rabia mientras miraba al hombre.

-Vamos a calmarnos por favor, Sergio, ven, sabes que- -

- No lo abandoné.- Susurró Guillermo. Ambos chicos miraron al hombre; Andrés con la preocupación en sus ojos, Kun con la confusión brillando en ellos.

-¿De qué hablas? No lo dije por vos pibe, yo- -

-No lo abandoné, Sergio.- El trigueño entrecerró los ojos y caminó lento hacia el mayor, el cual quitó su sombrero y su pañuelo, haciendo que el contrario se sorprendiera como su hubiera visto a un muerto. Andrés lo sostuvo por detrás y negó tratando de calmarlo.

- T-tu... tu que mierda... ¡desgraciado!- Se abalanzó sobre Guillermo dándole un puñetazo en la nariz y otro en el pómulo. El contrario trató de defenderse y lo tomó de los brazos, dando vuelta y ahora quedando sobre Kun. El otro le gritaba maldiciones.

- Sergio vine porque quiero resolver esto, quiero darle paz a Lio y a ustedes, sé que no fue correcto lo que hice pero era por su bien, debía de hacerlo.- Guillermo trató de justificarse pero la ira había cegado al contrario. Andrés se metió entra ambos ganándose un puñetazo de Sergio por accidente. Los apartó sosteniendo al contrario, sabía que Memo, por más molesto que esté, nunca iba a pelear con alguien que considerara un amigo.

-Basta, Kun. Él solo quiere ayudar. Te he dicho mil veces que nunca fue culpa de nadie, solo fue el destino todo imbécil pero no debes de culparlo, no conoces todas las versiones de la historia.- El menor lo tomó del pecho y lo miró, Sergio seguía jadeando debido a la pelea, se levantó a cómo podía, pues si bien no le había dado tantos golpes como él a Memo, si había recibido unos muy duros y certeros en su abdomen y estómago. Andrés lo ayudó a pararse y el moreno solo dirigió una última mirada a Guillermo.

-Sea lo que sea, eso no justifica el dejar a alguien de una manera tan perra. Que lo sepas bien Guillermo, eres un tremendo hijo de puta igual que su padre.- Andrés lo llevó a su dormitorio subiendo las escaleras, mientras lo único que pudo hacer Memo fue ponerse de nuevo el sombrero y su pañuelo e irse de esa casa. Estaba a punto de montarse en su caballo cuando Andrés salió dejando la puerta abierta. El de rizos ni siquiera volteó a verlo, solo se subió y dejó su vista fija en la cril negra de su caballo.

-Guillermo, no quería que esto pasara, Sergio... el solo no ha podido superarlo, sabes que eran como hermanos, por favor discúlpalo.-

-¿Por qué no me dijiste que él me fue a buscar?-su voz salió ronca, queriendo romperse en algún momento, pero no, no podía permitírselo. El menor se acercó y puso su mano sobre la de Memo.

- Te lo iba a decir, de verdad, pero no en este momento y no así, quería decírtelo mañana en la comisaría, sentados, así podría controlar tu reacción, pero Memo, no hagas caso a lo que dijo, ambos sabemos que no estaba en tus manos y solo hiciste lo mejor que pudiste.- Andrés acarició su mano, mientras que el contrario lo volteó a ver. - Hablaré con él, puedes irte a descansar, lo necesitas para mañana. Y siempre recuerda que yo estaré de tu lado, nadie tiene derecho de juzgar tus decisiones, ¿Está bien?- Andrés le regaló una sonrisa cálida, de aquellas que le daba cuando eran niños y en una cascarita terminaba todo goleado y él se encargaba de animarlo, siempre con ese gesto en su rostro y su mano contra la suya.