Elizabeth
Eran las 7:00 a.m y yo caminaba por los pasillos de la escuela a toda prisa, si, aún era muy temprano pero había olvidado hacer una tarea muy importante así que llegue temprano a la escuela para poder hacerla sin problemas. Oliver se quedó en casa pues dijo que prefería que papá lo trajera y no tener que llegar tan temprano a la escuela.
Llegué a la biblioteca y la abrí con cuidado, la señora Paty ya estaba ahí como siempre, me saludó con una sonrisa cálida y yo seguí caminando. Al llegar a la sala de la biblioteca me detuve en seco, pues rápidamente lo noté, su olor llegó a mi de golpe, levanté la vista y lo ví.
Sentado en una de las sillas, leyendo con una tranquilidad que parecía casi irreal ¿Cuántas posibilidades había?. Mi corazón empezó a latir a mil por hora, podía jurar que el simple hecho de verlo ahí casi me hace perder la cordura.
Caminé en silencio y me senté algunas mesas lejos de él, estaba intentando evitar el contacto, pues el otro día me había demostrado que no le interesaba hablar conmigo o estar en el mismo lugar.
Abrí mi libro de álgebra y me puse a resolver los ejercicios que me habían faltado de tarea, pues la noche anterior tenía demasiado sueño para hacerlos. No fue nada difícil, a tan solo unos minutos de haber empezado respondí tres de los cinco ejercicios, no fue hasta que sentí algo golpearme la cabeza que toda mi concentración se fue.
Levanté mi vista y ví un avioncito de papel frente a mi, levanté un poco la cabeza y Edward me estaba viendo con una ligera sonrisa en el rostro, yo solo lo pude ver con enojo en mi mirada, no sabía porque mi molestia con Edward había crecido tanto. Lo voy a admitir, si me sentí mal con lo que le hizo, pero desde ayer, el simple hecho de pensarlo me hacía enojar a un grado que no era normal en mí.
Agarre el avión de papel y lo abrí, al hacerlo había un "buenos días Elizabeth", escrito en cursiva y podría jurar que era la letra más bonita que había visto.
Negué con la cabeza y volví a arrugar el papel para después seguir con mi tarea de álgebra lo más rápido que pude, aunque tenía demasiados nervios pues podía sentir la mirada de Edward a pesar de que él estaba a dos mesas de distancia de mí.
El impacto de otro pequeño objeto en mi cabeza me hizo interrumpir mi último ejercicio, era otro avioncito de papel, hizo lo mismo que con el primero, pero este decía " ¿Estás molesta conmigo?"
Frustrada cerré mi libreta y con mi lápiz escribí "Si", a secas y con una letra bastante floja, no se comparaba a la de él para nada, al levantarme y tomar mis cosas, caminé rápidamente para pasar por su lado, le dejé la hoja de papel en la mesa y sin dejarlo hablar o detenerme salí de la biblioteca.
Edward:
Un poco confundido por la actitud de Elizabeth, agarré la hoja de papel que había dejado junto a mí, al abrirla solo decía "si".
Lo tengo que admitir, ese "si" me hizo sentir bastante mal, lo último que quería era que ella se molestará conmigo, cualquier persona lo podría estar menos ella. Cuando ví sus ojos al verme parecía sorprendida pero rápidamente su expresión cambió por una seria, sus ojos no tenían el mismo brillo que siempre cada que me miraba. En su mirada parece tener todo el universo atrapado cada que me mira y sonríe, después por sus mejillas sube bastante sangre hasta acumularse y pintarle los cachetes de un carmesí que solo la hace lucir tierna, puedo escuchar el ritmo de su corazón acelerarse tanto que incluso con todo el escándalo de la cafetería se escucha fuerte y claro, y a pesar de que no puedo leer su mente estoy seguro de que mi presencia no le desagrada...Al menos no lo hacía hasta ahora, pues aunque pude escuchar sus latidos, hoy no tenía una sonrisa, ni tampoco había rubor natural en su rostro, cada que me miraba sus ojos solo reflejaban molestia y eso solo me estaba haciendo pensar una y otra vez ¿Qué hice mal? Al fin me había decidido a acercarme a ella ¿Tomé la decisión tarde?
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Heartbeat
FanfictionSon tres los hijos del jefe de policía de Forks, los cuales han tenido una vida tranquila, hasta que al pueblo se muda la familia Cullen. Trayendo consigo un mundo nuevo y peligroso ante los mellizos Swan. Lo peor viene cuando su hermana menor, Isab...