Son tres los hijos del jefe de policía de Forks, los cuales han tenido una vida tranquila, hasta que al pueblo se muda la familia Cullen. Trayendo consigo un mundo nuevo y peligroso ante los mellizos Swan. Lo peor viene cuando su hermana menor, Isab...
He vivido en Forks desde que nací, para ser precisos hace 15 años y si me pidieran describir mi pueblo lo haría como un lugar tranquilo y gris, así es, tiene un color y es el gris con verde durante casi todo el año, menos en otoño pues el café sale a relucir un poco y si encuentras algún pequeño color escondido entre los bosques, sería un milagro.
Vivo con mi papá el jefe de policía, Charlie Swan y mi hermano mellizo Oliver Alexander Swan, solo somos nosotros pues mi madre se la pasa dentro y fuera de Forks, nunca dura más de una semana con nosotros y como antes viviamos con ella, terminamos en casa de mi papá y es una de las mejores cosas que pudo pasarme. Mi padre podrá ser un poco reservado en ocasiones pero es un increíble ser humano, lo juro. Desde que tengo memoria ha estado para mi hermano y para mí, y también ha intentado estar en la vida de mi hermana menor, pero ella pasa más tiempo con su mamá.
Como todos los días me levanté dos horas antes para ir a la escuela, ya había desayunado, tendí mi cama y subí al baño para alistarme.
Tomé aire y me miré, analicé mi figura desde el nacimiento de mi cabello hasta mi cintura, pasé lentamente los dedos sobre esas cicatrices que empezaban en mi hombro hasta terminar en mi codo. Eran tres arañazos marcados a la perfección, ni si quiera se habían desvanecido a pesar de los años.
Suspiré y me puse el suéter, arreglé un poco los chinos de mi cabello, lo dejé caer hasta la mitad de mi pecho, ese color negro hacía que mi piel tomara un aspecto más pálido, me puse un poco de labial y arregle mis pestañas, no exageré pues aún no estaba lista para arreglarme como antes. Unos fuertes golpes en la puerta me hicieron pegar un pequeño brinco, aunque sabía que era Oli.
-Eli apúrate que vamos a llegar tarde - escuchaba la prisa en la voz de mi hermano.
-Ya voy - suspiré y mi dí un último vistazo en el espejo, al estar lista salí de casa con una gran chamarra, en compañía de mi hermano, estábamos a punto de subir al auto cuando la voz de nuestro padre hizo que me frenara en seco.
- ¿No van a decir adiós? - mi papá se acercó a nosotros
- Uh lo siento - le sonreí como disculpa y me levanté un poco para darle un abrazo, Oliver se acercó a él imitando mi acción- nos vemos en la noche, no olvides traer la cena
- Claro que no, saben que los miércoles siempre pasó por la cena - acarició mi cabello y despeinó el de mi hermano como de costumbre - recuerden que el fin de semana iremos con los Black ¿Entendido?
- Si papá - me separé y lo miré con una sonrisa- llevaré cómics nuevos para Jacob, los de siempre ya lo tendrán aburrido
- Sirve que los tres podemos salir a la playa un rato, hace mucho que no nos juntamos con él - Oli levantó los hombros y avanzó al aciento del copiloto
- Bien - nos dedicó una sonrisa para después darme un beso en la frente y hacer un gesto de despedida con la mano para Oli, así pudimos subir a mi auto y manejar hasta la preparatoria de Forks.
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