𝘾𝙖𝙥𝙞𝙩𝙪𝙡𝙤 𝙓𝙄𝙄

197 43 0
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Los ojos verdes de Eunwoo hipnotizaron a un motorista que pasaba para llevarnos a un Motel 63 en la frontera con Indiana. Una vez allí, me forcé a comer la comida para llevar que Eunwoo me había conseguido, aunque viajar con parte de un cuerpo había matado mi apetito. Después me duché antes de caer rendida en la segunda cama libre.

A pesar de haber dormido pocas horas los últimos dos días, estaba completamente despierto, Eunwoo, por otra parte, pareció caer dormido tan pronto como su cabeza tocó la almohada.

Eché un vistazo a la bolsa de plástico en la mesa entre nosotros. Al menos el olor de la crujiente... lo que fuera que contenía de Adrian. No podía arriesgarme a usarlo de enlace a la mujer vampiro de nuevo durante unos días.

Necesitaba dosis regulares de sangre de vampiro para continuar vivo incluso cuando no estaba sobre utilizando mis habilidades, o haciendo frente a las persistentes secuelas de un aura piroquinética integrada en mí.

De nuevo, me encontré envidiando a los vampiros, esta vez por su curación instantánea. Si no fuera humana, podría empezar a rastrear al asesino de Adrian ahora en lugar de dentro unos días. Estar limitada por mi frágil mortalidad era frustrante, pero había rechazado mi oportunidad de cambiar de bando. Con Gongyoo muerto y la ruptura con Jungkook, no había otro vampiro en el que confiara lo suficiente para ser mi "maestro". Jungkook había estado en lo cierto sobre que era un vínculo inquebrantable. Dudaba sentirme lo suficientemente cerca a otro vampiro para querer esa conexión permanente con él.

Aun así, el descanso, alimentación regular y sangre de vampiro debería recuperarme lo suficiente para rastrear a quien quería matarme sin arriesgarme a otra hemorragia o ataque cardíaco. Incluso si abandonaban, yo lo intentaría de nuevo en unos días. La cara bonita del vampiro moreno cruzó por mi mente, trayendo una nueva clase de determinación. Gongyoo y Dawn merecían ser vengados y mi familia merecía estar a salvo. Parar a esa mujer, y quien fuera que la enviara, valía el riesgo.

Flotaba en un avión privado de lujo, sabiendo enseguida dónde estaba, en el avión de Jungkook. Él estaba sólo a unos metros, llevaba un abrigo gris marengo sobre pantalón y camiseta negros. Era el mismo traje con el que lo imaginaría en la morgue, pero no estaba amenazando a nadie ahora. Sus ojos estaban cerrados, el cabello cayendo sobre sus hombros hasta mezclarse con su ropa oscura.

Tenía que ser otro sueño. Ya que nada de esto era real, podía hacer lo que secretamente había deseado estas dos últimas semanas. Floté sobre Jungkook y descendí hasta estar a su lado, extendiendo la mano para acariciar su rostro.

No sentí la barba en su mandíbula. En cambio, mi mano desapareció a través de su cara. Aun así, tocarlo respondía a una necesidad que me había desgarrado noche y día desde que le dejé. Incluso aunque todo se había ido al infierno y Jungkook podría ser la persona de la que estaba huyendo, no pude evitar tocar su mejilla, sus cejas y finalmente sus labios. Una parte de mí lo odiaba por su trato cruel, pero el resto todavía lo extrañaba tanto que dolía.

𝒟𝒶𝓌𝓃 𝑅𝑒𝒹 ᴷᵒᵒᵏᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora